Una firma gallega rescata a Christian Lacroix
Domingo, 12 de enero 2025, 00:13
El primer número de Vogue USA de Anna Wintour como editora jefe data de 1988. Un estreno que no estuvo exento de controversia al enfundar a la modelo en unos vaqueros de Guess, una prenda que entonces no se veía apropiada para una portada. Fue el plan B de Wintour cuando a la joven no le entraba la falda de Christian Lacroix a juego con la sudadera con la cruz que dio la vuelta al mundo. Una pieza de la primera colección de prêt-à-porter a del diseñador francés. El elegido por Anna para su presentación en sociedad.
Christian Lacroix nació en la localidad francesa de Arlés, estudió Historia del Arte en la Universidad de Montpellier, ingresó en La Sorbona y en la École du Louvre con la intención de convertirse en conservador de arte. Sin embargo, la moda se cruzó en su camino, un oficio para el que se curtió en los talleres de Hermès, Guy Paulin y Jean Patou. Con la ayuda del conglomerado francés del lujo LVMH, lanzó su propia marca de alta costura en 1987. Rompió los esquemas con su estilo teatral, con piezas barrocas, lujosas, coloridas y a la vez juveniles, en las que brilla la maestría de los artesanos de la costura.
Madonna, Catherine Zeta-Jones, que se casó con un vestido de Lacroix con Michael Douglas, o la infanta Elena, que eligió uno de sus diseños para asistir al enlace de su hermana, la infanta Cristina, fueron algunas de sus ilustres clientas.
Compaginó su firma con la dirección creativa de Emilio Pucci desde 2002 hasta 2005, año en que diseñó los uniformes de Air France, que se mantienen en la actualidad. Lacroix llegó a tener 60 puntos de venta dentro de Francia y un total de 1.000 puntos de venta en el mundo. También en 2005 LVMH vendió la marca al grupo Falic y, acuciado por los problemas económicos, Lacroix se retiró de las pasarelas en 2010 para dedicarse al vestuario de teatro y ópera, con contadas incursiones en la industria, como, por ejemplo con la firma española Desigual en 2011, con una colección de alta costura para Schiaparelli en 2013 y otra con Dries Van Noten en 2019.
El regreso de la firma
Christian Lacroix nunca llegó a caer en el olvido. Sus piezas de archivo han sido seleccionadas por los estilistas de estrellas como Rihanna para epatar en las alfombras rojas. Considerado uno de los diseñadores más influyentes y admirados de los 80 y 90, la firma regresa ahora de la mano de la gallega Sociedad Textil Lonia (STL).
La compañía, con sede en Pereiro de Aguiar (Ourense), ha adquirido el 100% de la marca de lujo francesa. En un comunicado, la firma gallega, controlada por la familia Domínguez y participada en un 25% por el grupo Puig, ha explicado que la compra amplía su grupo de marcas, entre las que están Purificación García y CH Carolina Herrera, «reforzando su presencia internacional en el mundo de la alta moda».
«Nos ilusiona enormemente incorporar el legado y la imaginación sin límites de la Maison Lacroix a nuestro proyecto empresarial. Daremos lo mejor de nosotros para que el talento único de su creador y su invaluable aportación al mundo de la moda alcancen todo su potencial», ha añadido la compañía, con 600 puntos de venta en 43 países, que no ha precisado el importe de la transacción, a la que el propio Lacroix ha dado el visto bueno.
Christian Lacroix entiende la costura como «emoción y belleza, exuberancia e imaginación», con creaciones que encarnan en «combinaciones espectaculares» sus raíces provenzales, su pasión por la cultura española y su fascinación por el arte y el ‘savoir-faire’. Una constante en todo su trabajo que se refleja a través de una refinada capacidad de mezclar diferentes culturas y el amor por la artesanía, la teatralidad y la alta costura«, ha reivindicado Textil Lonia.
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