El Papa Francisco termina un año difícil, marcado por la pelea con los conservadores y problemas de salud
El décimo año del pontificado del Papa Francisco, que el 17 de este mes cumplió 87 años, entra en su conclusión con un jaleo de magnitud en la Iglesia a raíz del documento Fiducia Suplicans presentado al Papa por el también argentino cardenal Víctor Fernández, nuevo titular del Dicasterio de la Fe, uno de los más importantes.
El pontífice lo aprobó y se descerrajaron las polémicas más duras de la era del Papa Bergoglio porque autoriza las bendiciones a parejas de homosexuales, aclarando que no cambia ni un milímetro la posición de la Iglesia que prohíbe los matrimonios entre personas del mismo sexo.
El año viejo se cierra en forma totalmente distinta al comienzo. Hace exactamente un año murió el Papa emérito Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger, que había anunciado hace una década su renuncia. El gran teólogo conservador probablemente tampoco estaría de acuerdo con el fuerte cambio aprobado por el pontífice argentino en materia de bendiciones trans.
La muerte del Papa emérito fue un golpe para tradicionalistas y conservadores, que tenían en Benedicto XVI un bastión para evitar lo que está ocurriendo ahora.
Polarización en la Iglesia
La cuestión de la legitimidad de bendecir a las parejas gay polariza a la Iglesia. Fue entusiasta la reacción de la Iglesia alemana a la apertura de Francisco, que sintetizó el presidente de los obispos germanos, cardenal Georg Batzing. “Acojo con gran satisfacción este documento y agradezco la perpectiva pastoral que adopta”.
La estrategia del Papa de realizar un Sínodo de los Sínodos en dos partes, en octubre de 2023 y el mismo mes de 2024, que abre la fase final de su pontificado, apunta a hacer cambios que a la vez contengan las posiciones encontradas entre progresistas y tradicionalistas.
La novedad del documento que permite las bendiciones a homosexuales es una movida que apunta a satisfacer pero también contener las posiciones ultraprogresistas alemanas, que también reclama el sacerdocio femenino, el fin del celibato de los sacerdotes de rito latino, y otras audacias.
La mayor parte de las otras iglesias europeas apoyó el documento papal. En contra se pronunciaron los episcopados polaco y húngaro.
En Estados Unidos, la conferencia episcopal se pronunció rápidamente a favor, causando sorpresa. Señaló que el documento vaticano articuló “una distinción entre bendiciones litúrgicas (sacramentales) y bendiciones pastorales. “La enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio no ha cambiado”, absolvió.
También apoyaron las poderosas iglesias mexicana y filipina.
África, contra la bendición a los homosexuales
En cambio África presentó un bloque contrario a las bendiciones a las pareja homosexual. El rechazo en el continente donde la mayoría de los países castigan duramente el ejercicio de la homosexualidad, ha llevado a algunos sectores a pedir un encuentro continental para repudiar el documento. En Kenia la conferencia episcopal aclaró que tiene en claro “que es una familia y un matrimonio”. Los obispos de Zambia dijeron que no es cuestión de implementar el documento “sino de discutirlo”.
La conferencia episcopal de Malawi recordó que en el país no están permitidas las bendicione de homosexuales “de cualquier naturaleza”.
Los obispos de Nigeria, el país más poblado de África, aseguró a los fieles católicos que la enseñanza de la Iglesia “sigue siendo la misma”.
“No hay posibilidad en la Iglesia de bendecir las uniones y actividades entre personas del mismo sexo, lo que iría ontra la ley de Dios y sus mismas enseñanzas”, ademas de contradecir las leyes del país y “las sensibilidades culturales de nuestro pueblo.
En la Europa oriental, la onferencia episcopal de Ucrania afirmó que la Declaración del Vaticano plantea “un peligro debido a su formulacion ambigua que provoca interpretaciones divergentes”.
La grave crisis diplomática con que concluye el año, a partir de las guerras en Ucrania y Oriente Medio, han obligado al Papa a un esfuerzo agotador. En todas sus intervenciones ha reiterado el llamado a la paz y su condena por guerras que son motorizadas también por los mercantes de armas, que Francisco no se cansa de denunciar.
Mediación por la paz
Sus búsqueda de mediaciones no han logrado un arranque concreto, pero el papel del Papa argentino es tan descollante y solitario que se espera que tenga éxito en el futuro.
Jorge Bergoglio ha empleado en las mediaciones un personaje sobre el cual apuntan cada vez más las candilejas de la prensa y la opinión pública mundiales. Se trata del cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la poderosa Conferencia Episcopal Italiana. La razón: está considerado el más probable sucesor del Papa.
Zuppi viajó a Ucrania, Rusia y China, en sus tareas de mediación por la paz. Es romano, un dato importante, y como sacerdote de la Comunidad de San Egidio, hoy el grupo laico más influyente en la Iglesia, ha colaborado y hasta dirigido mediaciones entre fuerzas políticas de países africanos que concluyeron exitosamente.
Este sábado, en un programa de televisión, dijo: «Si uno es católico y no tiene buenas relaciones con el Papa, cualquier Papa, el problema es que tal vez haya olvidado que es católico”.
Agregó que “existe una buena relación dialéctica entre la Iglesia italiana y el Papa Franisco. Zuppi recordó que Francesco ha pedido a la Iglesia italiana que “sea más liviana, que haga mucho con poco, que ayude a hacer tanto”.
La salud del Papa
El 2023 ha sido un año con complicaciones para la salud del Papa. Los problemas con su rodilla derecha, que le impiden oficiar misa parado, están en un nivel positivo que le permite caminar un poco y sobre todo estar de pie. En cambio la fragilidad de su aparato respiratorio le obligó dos veces este año ha suspender sus actividades. Las infecciones bronquiales le obligaron en noviembre a cancelar un viaje muy importante al encuentro mundial sobre el clima.
En junio, además, debió sufrir una segunda operación en la zona abdominal para curarle los problemas surgidos de una anterior operación en la que los cirujanos le quitaron sesenta centímetros de su intestino grueso. Su recuperación fue absoluta.
En diciembre reapareció, eso sí, su antagonismo con el cardenal norteamericano Raymond Burke, un canonista de fama, que a los 75 años se ha ganado el título de mayor adversario del Papa.
El 20 de noviembre el Papa anunció en una reunión de los jefes de los dicasterios (“ministerios” vaticanos) que había decidido quitarle al cardenal Raymond Burke el llamado plato cardenalicio, que es el sueldo de unos 5000 euros que cobran los purpurados, Además, también la gratuidad por el uso del lujoso apartamento de 400 metros cuadrados que le ha sido asignado al cardenal conservador en el edificio al borde de la plaza de San Pedro donde se encuentra la Sala de Prensa de la Santa Sede, habitado también por otros cardenales.
Este viernes, por sorpresa, el Papa recibió a Burke y volvió a encender los chismes y polémicas que tienen como ruido de fondo el creciente enfrentamiento entre conservadores y progresistas.
Nada se ha filtrado. Burke dijo que no quería hacer comentarios y el Vaticano solo anunció el encuentro y publicó una fotografía de Bergoglio y Burke dándose la mano. Una versión no confirmada señaló que Francisco no modificó su castigo, pero que ambos se hablaron “con franqueza”.
No se sabe si el documento Fiducia Suplicans y el tema de las bendiciones a las parejas homosexuales, de alto poder radiactivo, fue uno de los temas del encuentro.
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