Estilo de vida

Ágatha Ruiz de la Prada sorprende con su segundo libro: reflexiones, críticas y confesiones sobre su novio


Domingo, 17 de noviembre 2024, 13:59

Ágatha Ruiz de la Prada ha presentado su último libro, ‘Todo por un plan’, en el que combina memorias con observaciones y un toque de humor irreverente. Fiel a su estilo y sin filtros, la marquesa de Castelldosríus comparte anécdotas personales y opiniones controvertidas que, al igual que sus diseños, no dejan indiferente.

En sus páginas, desvela su curiosa percepción sobre el tenista Rafael Nadal, calificando sus conversaciones de monotemáticas. «Rafael Nadal tiene dos tipos de conversación: o habla de tenis o habla de fútbol. Que el tipo es un genio absoluto, un auténtico español universal, lo que quieras, la pera… ¿Pero de qué hablo con él?», se pregunta, destacando su desconexión con los deportistas y con el deporte en general.

Y no se detiene ahí, ya que lanza una diatriba contra el yoga, algo que «le pone enferma». «Mi yoga es limpiar. Me siento en paz ordenando libros o dejando todo impecable. ¿La mente en blanco? La mente en blanco, tu padre. Hay tanto que hacer que no puedo con esas tonterías», escribe, mostrando su visión pragmática de la vida que contrasta con las nuevas tendencias de bienestar. «Pero ¡qué respira hondo ni que nada! Limpia mejor la cocina, que está hecha un asco. Necesito que todo tenga una utilidad. Yo limpio, y para mí es una gozada porque me concentro en dejarlo todo perfecto. Pero lo de estar concentrado en no se sabe qué, dejando volar los pensamientos y no sé qué cosas más, no lo soporto», zanja.

Por otro lado, deja claro que los planes deportivos tampoco son lo suyo, salvo si están cubiertas por una pátina de glamour: «Imagínate que te invita Samaranch a los Juegos y te pasea por Australia en su coche. Coño, pues a poco que te guste el deporte, es un planazo. Con los Juegos de este verano pasado, pensé que, al menos, tenía que ir a mi casa de París, aunque solo fuera para ver cómo estaba la ciudad con semejante acontecimiento. Hay que hacer planes, aunque el plan sea solo para mirar por la ventana». Pese a su falta de interés en el deporte, recuerda con satisfacción los proyectos profesionales ligados a eventos deportivos como el diseño de uniformes para el Tour de France o la creación del trofeo de la Vuelta a España.

Una de las anécdotas más sorprendentes del libro es la revelación del producto que más ingresos le generó en una temporada. Contra todo pronóstico, no fueron corbatas, zapatos o coloridos vestidos sino unos pañales que comercializó en Ecuador. Un chascarrillo con el que sorprendía en sus conferencias. «La gente flipaba. Yo entonces respondía: ‘Pues donde más dinero he ganado este año ha sido vendiendo pañales en Ecuador, que teóricamente es un país pobre’. Pero así era». Un detalle más que refleja la versatilidad empresarial de la diseñadora, quien nunca ha tenido reparos en adentrarse en nuevos terrenos.

En ‘Todo por un plan’, Ágatha también aborda las relaciones de pareja y habla abiertamente de su novio actual, José Manuel Díaz-Patón, de cómo lo conoció y de cómo es su relación. Lo describe como un hombre encantador, valiente y con un «fachón» que le cautivó desde el principio, aunque también reconoce que sus personalidades son opuestas en algunos aspectos, como en sus gustos culturales.

«Patón es un pelín patoso en estos saraos, pero siempre me acompaña, y eso está fenomenal», escribe Ágatha, agradeciendo su disposición para adaptarse a su ajetreado ritmo social. Su relación comenzó de forma inesperada tras una presentación orquestada por su amiga Blanca Entrecanales, y fue un flechazo inmediato.

La empresaria destaca de Patón su generosidad, su habilidad para cocinar y su amor por el campo. «Tiene en Puertollano una finca maravillosa a la que voy bastante porque es una gozada. A lo mejor te das un paseíto por la finca y en un momento, ¡ves doscientos animales! Cien ciervos, cuarenta jabalíes, muflones… ¡De todo! Aquello es como si fuera Disneylandia. Y como a mí me encantan los animales, pues allí estoy feliz. La casa debe tener doscientos años, tiene una chimenea, y es muy, muy agradable», describe.

Eso sí, la diseñadora no oculta sus diferencias. Mientras que ella disfruta de la moda, el arte y la cultura contemporánea, Patón prefiere ambientes otros ambientes, algo que «también tiene su encanto». Porque si algo tiene claro la autora es que no busca «un Ágatho». «Busco un señor que sepa de señoras, que sea agradable, divertido y dispuesto», reconoce.

Por sus palabras se deduce que el respeto mutuo y la independencia son claves en su relación. Ágatha subraya la importancia de que cada uno tenga su espacio, destacando que, aunque no comparten ciertos intereses, como el arte o la ropa, esto no afecta la admiración que siente por su pareja. «No es fácil seguirme el ritmo, pero él lo hace estupendamente».


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