Lydia Lozano, Periodista: «Me retiraré el día que no conozca a los personajes»
Domingo, 17 de noviembre 2024, 00:02
Aunque a «Hola, ¿qué tal?» no le da tiempo a responder con su mítico «¡Fenomenal!» porque el inicio de la entrevista es interrumpido por la llamada telefónica de una famosa («luego te digo quién es»), conversar con Lydia Lozano no defrauda en absoluto: chispeante y parlanchina, lo mismo contesta entre risas que se emociona al hablar del caso Ylenia.
Será porque es una «folclórica de corazón», tal y como afirma en ‘La venganza de la llorona’ (La Esfera de los Libros), publicación en la que recorre su trayectoria profesional en agencias de noticias, programas de radio y formatos televisivos tan exitosos como ‘Tómbola’ o ‘Sálvame’ a través de 314 páginas que son historia de la prensa rosa. O de Lydia Lozano, que es lo mismo. Incombustible, la periodista continúa dando exclusivas en ‘Mañaneros’ (TVE) y ‘Ni que fuéramos Shhh’ (Ten).
-¿Con cuántos famosos se ha tomado el aperitivo?
-¡Uy! ¡Uy! ¡Con tantos! Mira, era maravilloso ir a casa de Rocío Jurado. Nos bajábamos al sótano a ver las fotos, y ella se enrollaba y se enrollaba y se enrollaba y le decía a Juanito de la Rosa: «¡Juaaan, baja unas cervecitas y unas aceitunas!». Y yo decía: «Ya se ha liado. Ya salgo de aquí a las siete de la tarde».
-Y, cuando iba a ver a Lola Flores, se tumbaban en la cama y se ponían de charla.
-Sí, sí, sí. Primero comíamos, y luego le decía al Pescaílla: «Vete a tomarte tu güisquito, que yo me voy con la Rubia arriba». Me lo he pasado muy bien.
-Cuando le dijo a su padre que quería ser periodista, él le contestó: «¿Vas a ser puta? ¿No preferirías ser funcionaria?». Vaya ánimos.
-No es que mi padre fuera un estrecho, sino que se escuchaban cosas o se decían. a ver, en aquella época había muy pocas mujeres en el mundo del periodismo. Ahora te vas a la Facultad de Periodismo de la Complutense y hay más chicas seguramente que chicos.
-Desde aquello han pasado cuarenta y cinco años. Es usted una curranta.
-Sí, y lo sigo siendo. Yo me retiraré el día que no conozca a los personajes. En eso me doy cuenta del paso del tiempo.
-También es muy disfrutona. ¿Cuándo duerme?
-Al insomnio le veo la parte positiva de poder ver series, de meterte en la cama y ver todo lo que está ocurriendo en el mundo. Mi madre se metía en la cama y decía «Juan, pásame el Informaciones», porque le encantaba leer el periódico de noche, y mi padre le decía: «Sol, el próximo número ya está en la calle». Ja, ja, ja.
-¿Alguien le ha dicho que no a una entrevista?
-Los que me pedían mucho dinero.
-Se negó a posar para Interviú. Dos veces.
-Sí, sí, sí. Dije que no, y me pagaban muchísimos millones de pesetas, pero muchos, una buena cantidad.
-En la radio trabajó con Encarna Sánchez. ¿Le tiró los tejos?
-No, no me tiró los tejos y nos hicimos muy buenas amigas. A ella le gustaba más hablarme de Isabel Pantoja que tirarme los tejos. No perdía el tiempo.
-A lo largo de los catorce años que estuvo en ‘Sálvame’, lo pasó mal en muchas ocasiones. ¿Le compensó?
-Al final me ha compensado. A lo mejor, en ese momento no, pero al final me ha compensado. Para todos los que trabajamos ahí, ‘Sálvame’ es nuestra matrícula de honor. Pero siempre habláis del ‘Sálvame’, pero también se acabó el ‘Sálvame Deluxe’.
-Disfrutaba haciendo el ‘Deluxe’.
-Eso era gloria bendita. No es una cosa a copiar, eso hay que saber hacerlo. Yo es que era más del ‘Deluxe’ que de ‘Sálvame’, porque a mí lo que me gusta es entrevistar. Y esos polígrafos, el juego que nos daban a lo largo de la semana. era maravilloso. Son tantos años que es como una película de mi vida.
El caso Ylenia
-¿Y quién le gustaría que la interpretara en esa película?
-Kim Basinger. O Linda Evans. Pero la Basinger tiene un rollazo que te mueres. Y en la época actual, no nos vayamos a ‘Nueve semanas y media’.
-En el libro le dedica un capítulo al tema de Ylenia, la hija desaparecida de Al Bano y Romina Power. ¿Ha sido una especie de catarsis?
-Creo que he pedido demasiadas veces perdón, en exceso he pedido perdón. Pero, ¿sabes lo que me gusta? Que con este capítulo, que me costó Dios y ayuda escribirlo, he dado un golpe en la mesa y ya me he perdonado.
-¿Cuántas exclusivas podía haber dado y no dio?
-Mogollón, pero igual que me fie psicológicamente hablando de la fuente que me dio la noticia de que Belén Esteban estaba embarazada, otras veces pensaba que era para clavármela, y ni se lo decía a los jefes ni nada. Me la guardaba, y luego la veía publicada y yo decía «eres imbécil, Lydia, si sabías que era verdad».
-Porque aquello le hizo perder la confianza.
-Ya, pero la he recuperado. He recuperado esa confianza.
-Lleva treinta y cinco años casada con Charly. Dígame el secreto.
-El dejar distancia entre los dos, tener confianza y, sobre todo, que él nunca se ha entrometido en mi espacio profesional. Soy una persona muy independiente; yo no necesito eso de que me vayan a buscar o que me llamen a las nueve, no. Cuando estoy fuera, tampoco me pregunta nunca a qué hora vienes, por qué tardas. Y eso es maravilloso.
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