Estilo de vida

Al Fayed era un monstruoso y vil violador

Jueves, 19 de septiembre 2024, 15:38

Mohamed Al Fayed, que fue patrón de los grandes almacenes Harrod’s, en Londres, y amigo de la fallecida princesa Diana, ha sido acusado de abusos sexuales y de violación, por más de veinte mujeres, en un documental de la BBC. El multimillonario egipcio, propietario también del Hotel Ritz en París, falleció en agosto de 2023, a los 94 años de edad.

Empleadas de Harrod’s han descrito a Al Fayed recorriendo las plantas de los grandes almacenes identificando chicas jóvenes que le parecían atractivas, a las que promocionaba para tareas en su oficina. Gemma, que fue su asistente personal durante dos años, cuenta en el documental, ‘El depredador de Harrod’s’ su violación en Villa Windsor, en el Bois de Boulogne en París.

Había comprado esa villa como parte de su acercamiento constante a la familia real. En esa casa vivieron el rey Eduardo VIII y su esposa, Wallis Simpson, tras su renuncia al trono. Esa villa era el destino de Dodi Al Fayed, hijo de Mohamed, y la princesa Diana de Gales cuando fallecieron en un accidente de tráfico. Gemma describe los detalles de la violación y afirma que Fayed era más peligroso en viajes a otro países.

Son más de veinte las mujeres que afirmaron a la BBC que fueron víctimas de abusos por Al Fayed, y cinco denuncian violación. Una de estas víctimas era adolescente cuando padeció el delito. Utilizaba para sus actos en Londres las oficinas de la compañía, o su vivienda en Park Lane, una avenida que bordea Hyde Park y es perpendicular a Piccadilly. Los delitos ocurrieron en París, en St. Tropez, en Abu Dabi.

En el documental las mujeres le describen como «un monstruo», «un hombre vil e inmoral». A una de las víctimas le ordenó que se limpiase con Dettol, un desinfectante para la limpieza de bacterias y virus en cocinas o baños, para que no quedasen huellas de su contacto físico. Hablan de un ambiente de intimidación que les impidió rebelarse. Los responsables del sistema de seguridad conocían lo que hacía su jefe. Los teléfonos estaban intervenidos

Demencias

Su primera esposa, Samira Khashoggi, hermana de Adnan el multimillonario saudí merchante de armas, ayudó a Fayed a conectarse con el mundo de los negocios en Oriente Próximo. Había comenzado vendiendo Coca-Colas y máquinas de coser por las calles de El Cairo. Entró en el negocio inmobiliario y de la marina mercante. Sus contactos le sirvieron para presentarse en Francia y el Reino Unido como un hombre importante, Al Fayed.

La república francesa le dio la Legión de Honor, pero el Reino Unido le negó la ciudadanía. Su rabia por la reserva del ‘establishment’ sobre su persona alimentaba su empeñó bochornoso en vincularse a la realeza. Patrocinaba partidos de polo o competiciones de carruajes, para acercarse al entonces príncipe Carlos y a Felipe de Edimburgo. Empujó a su hijo Dodi para enlazarse con Diana y cuando fallecieron juntos culpó a la familia real de su supuesto asesinato.

Se habían aireado numerosas denuncias, formales y meramente verbales, contra Mohamed Al Fayed, por supuestos delitos sexuales, pero su segunda esposa, Heini Wathén, a la que conoció como una joven modelo finlandesa, vivió con él hasta el final de sus días, que terminaron en su casa del sur de Inglaterra, en la reclusión y en la demencia.

Sus hijos están enfrentados en los tribunales sobre su herencia. Un equipo de abogados representa a mujeres que le han denunciado. Los actuales dueños de Harrod’s, un fondo público del estado de Catar, han emitido una declaración: «No podemos deshacer el pasado pero estamos decididos a hacer lo que es correcto, como una organización impulsada por los valores que hoy sostenemos, mientras aseguramos que esa conducta no pueda repetirse en el futuro».


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