Estilo de vida

La nueva vida de Daniel Sancho entre colchonetas y celdas atestadas

Viernes, 30 de agosto 2024, 16:51

Las largas jornadas de yoga y muay thai, una disciplina deportiva tailandesa, parecen llegar a su fin. Aunque una cárcel no es un resort, Daniel Sancho, en este último año, no ha vivido la realidad, según cuentan, de las prisiones en el país asiático.

Tras ser encarcelado en agosto de 2023 por el presunto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, el joven español pasa los días en las instalaciones de Koh Samui, un «centro amable» pero, no obstante, muy lejos de la vida de lujo y ostentación de la que Sancho presumía en redes sociales antes del crimen.

Los veleros, los restaurantes de estrella Michelín y las fiestas inmortalizadas en su Instagram, ahora privado al público, se han cambiado por celdas minúsculas e instalaciones compartidas con más de 500 presos. Los últimos meses, Sancho los ha pasado a mitad de camino del módulo de enfermería, el gimnasio y la biblioteca. «El ambiente es bueno, nos tratan bien y no hay ningún tipo ni de violencia ni de drogas», afirmaba el español en una entrevista a la Agencia EFE días antes de conocer su condena. Ahora le toca hacer las maletas. «La cárcel de Koh Samui es para presos que cumplen condenas de hasta 15 años», señaló Beatriz Uriarte, letrada del bufete de abogados que representa a la familia Arrieta en España.


Entrada a la prisión de Koh Samui.


EFE

El destino por ahora es Surat Thani, a unos 120 kilómetros de Koh Samui. Ahí le esperan celdas que «son comunas de unos 20 a 24 presos (…). 16 o 17 horas sin comida, solo agua, durmiendo en el suelo con tres mantas». Esas son palabras del otro español condenado a cadena perpetua, después de recibir el perdón del rey Maha Vajiralongkorn, Artur Segarra. Este catalán, preso por matar a otro español en Tailandia, es inquilino desde 2017 del ‘Bangkok Hilton’ o del ‘Gran Tigre’, los apodos que recibe la temida Bang Kwang.

«Esto es el tercer mundo. Ahora nos han puesto cámaras, pero yo sigo yendo con el pincho en el bolsillo», según Segarra en una carta dirigida al programa de televisión de Ana Rosa Quintana. Allí, las puertas de las celdas se abren a las 6:50 de la mañana para una ducha y diez minutos después es la hora del desayuno. A las 13 horas llega el momento de la comida, la única del día y «a las 15:45 encerrados de nuevo y durmiendo en el suelo con tres mantas», relata el catalán. Así es el día a día en el Bangkok Hilton.

Sancho ha librado este ‘resort’, por el momento. Pero la calidad del nuevo hogar, al menos durante el próximo año -tiempo en el que se espera que se resuelvan los recursos que van a presentar sus abogados-, es similar. En este tiempo, el aspirante a chef estará como «interno preventivo». «Son aquellos que tienen una sentencia en primera instancia con los recursos por resolver», revelaron el pasado jueves su equipo de abogados.

Aunque está lejos de la fama del ‘Gran Tigre’, Surat Thani también destaca por la peligrosidad de sus inquilinos. De hecho, algunos de ellos están a la espera de la ejecución de la pena capital. En esta nueva prisión, Sancho convivirá con más de 5.400 presos, diez veces más de lo que tenía como compañeros en Koh Samu, muy por encima de su capacidad.

Atrás quedará la celda de Koh Samui en el módulo de enfermería que ha ocupado durante varios días y meses. Un espacio, sí pequeño, pero que no compartía con muchos reos. Ahora, deberá compartir celda con más de una veintena de compañeros encarcelados por delitos de tráfico de armas y estupefacientes u otros delitos, como en el caso de Sancho, «muy graves». Además, solo aceptan visitas de familiares con parentesco de consanguinidad.

Un año mínimo

Esta será la casa de Daniel Sancho, al menos, durante los doce próximos meses. ¿Y cuando la sentencia sea firme? Las autoridades tailandesas pueden valorar trasladarlo a otra prisión o mantenerla. La defensa de Arrieta pedía el traslado a Bang Kwang.

Una u otra, tendrá que adaptarse. Si ni el Tribunal de Apelaciones de Tailandia o su Tribunal Supremo no cambian el dictamen del juez del Tribunal Provincial de Samui, Sancho tendrá que pasar toda una vida entre rejas. Eso dice la sentencia, aunque «trabajamos con todos los tratados de cooperación internacional con Tailandia», explicaron los letrados de la familia.

Aún así, la normativa del país asiático le obliga a cumplir un tercio de la condena en suelo tailandés antes de ser entregado a la justicia española. Eso, en su caso, serían alrededor de ocho años y sin contar el plazo legal que tienen ambas administraciones, españolas y asiáticas, para dar el visto bueno al proceso. En el caso de Artur Segarra, el Gobierno de España aún no ha respondido a la petición realizada para ser internado en una prisión nacional. «No hay plazo establecido y puede ir para largo», explican fuentes jurídicas.


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