Lunes, 19 de agosto 2024, 00:03
Imagine un mundo en el que la moda fuera sinónimo de lujo, donde el negro fuera costumbre de luto y las mujeres aún estuvieran atrapadas en corsés. Ahora, imaginr a una mujer que, con su visión audaz y un pequeño vestido negro, rompió con todas las reglas establecidas. Así es como Coco Chanel no solo diseñó ropa, sino que reinventó la esencia misma de lo que significa ser moderna.
Chanel tuvo unos comienzos humildes que contrastan con el lujo que llegó a simbolizar. Nació como Gabrielle Bonheur Chanel el 19 de agosto de 1883 en Saumur (Francia). Pasó su infancia en un orfanato tras la muerte de su madre y el abandono de su padre. Allí aprendió a coser y comenzó a trabajar como costurera, labor que complementaba cantando en un cabaret. Y aquí el origen de su nombre artístico, Coco, un apodo derivado de una canción que solía interpretar en el cabaret, ‘Qui qu’a vu Coco?’ (¿Quién ha visto a Coco?).
Sin embargo, su destino no era quedarse en ese escenario. Coco Chanel tenía una visión clara y una ambición feroz que la llevaron a abrir su primera tienda de sombreros en París en 1910. Poco a poco, su estilo revolucionario empezó a llamar la atención. Desde allí, comenzó a desafiar las convenciones, introduciendo diseños más simples y cómodos, como el icónico traje de tweed. No solo cortó telas, sino también las ataduras de su época, y en el proceso, dejó un legado que sigue definiendo el buen gusto casi un siglo después.
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