La nueva vida de Carmen y Sabina Thyssen, hijas de Tita Cervera
Martes, 16 de julio 2024, 13:22
Carmen y Sabina Thyssen cumplieron la mayoría de edad el pasado 6 de julio, 18 años en los que han llevado una vida alejada del foco mediático. Un hermetismo que solo se ha roto en contadas ocasiones para aparecer en la revista de cabecera de su madre, la baronesa Thyssen. Ahora, con la entrada en la edad adulta, ha comenzado para ellas también una nueva vida en la que han cobrado más protagonismo y se han convertido en objetivo de los fotógrafos. Así, en solo unos días las hemos visto navegando con amigos o participando en actos públicos. De hecho, Carmen ya se ha estrenado en solitario inaugurando una exposición en Girona, incluso se le ha endilgado el primer novio, algo que su madre no dudó en desmentir.
El misterio ha rodeado a las jóvenes ya desde su llegada al mundo. Nacidas en Los Ángeles en 2006 a través de gestación subrogada, Carmen Cervera se ha esforzado en proteger su privacidad y garantizarles una infancia lo más normal posible en lo que a medios de comunicación se refiere ya que no han tenido una formación al uso.
Carmen y Sabina Thyssen han sido educadas con un enfoque renacentista que incluía arte, música además de los estudios académicos. Sus primeros años transcurrieron en la finca Mas Mañanas en la Costa Brava, donde nació su pasión por el mar y la navegación a bordo del Mata Mua. Posteriormente, la familia se trasladó a Villa Favorita en Lugano, Suiza, antes de establecerse definitivamente en Andorra.
Fue en Andorra donde las gemelas asistieron a un colegio internacional y donde hicieron su círculo más cercano de amigos con los que disfrutan de actividades comunes como ir al cine los fines de semana. No han faltado los idiomas en sus estudios y hablan español, catalán, francés e inglés. Además, practican ballet desde los cuatro años, tocan el piano y el violonchelo, y han recibido clases de canto y solfeo.
A pesar de ser gemelas y de haber tenido una educación similar, su madre siempre ha destacado las diferencias entre ellas. Según la baronesa, Carmen es una joven muy estudiosa y seria que ha mostrado interés en la gestión empresarial y el legado artístico de su familia. Hasta donde se conoce, estudiará Administración de Empresas y Relaciones Internacionales en Madrid, con el objetivo de prepararse para asumir responsabilidades en la administración de la colección de arte familiar.
Por su parte, Sabina tiene un carácter más creativo y bohemio. Ha sido también su madre quien ha descrito su talento como dibujante y cantante (con tesitura de soprano), y se inclina hacia las Bellas Artes. Para Tita, Sabina tiene un espíritu más libre y juguetón, heredando su propio carácter «más gamberro».
Las diferencias son notorias también en lo que a exposición pública se refiere. A Carmen la vimos acompañar a su madre en la celebración de su cumpleaños y posar para los medios cuando estaba a punto de cumplir los 18 años. Unas apariciones que se han hecho más habituales y que la colocan como la heredera mediática de la baronesa, especialmente, después de su debut en solitario en la inauguración de una exposición en la provincia de Girona en representación de su madre. Sin embargo, Sabina ha preferido mantener su perfil bajo, alejada de los objetivos. Eso sí, ambas tienen sus redes sociales privadas, compartiendo sus vidas solo con su círculo íntimo.
Como dos jóvenes de su edad, Carmen y Sabina disfrutan de la música contemporánea y son admiradoras de artistas como Taylor Swift y Dua Lipa. Les gusta pasar tiempo con sus amigos, salir a bailar, esquiar y jugar al tenis.
Pero no todo es idílico en la vida de las Thyssen. La relación de las gemelas con su hermano mayor, Borja Thyssen, y con la familia de este, su esposa, Blanca Cuesta, y sus cinco hijos, ha estado siempre condicionada por los desencuentros entre la baronesa y su primogénito. En este sentido, la periodista Pilar Vidal relató que no existe entre ellos un trato ni cercano ni fluido. Borja, quien vive con su familia en Dubai, no parece compartir una relación estrecha con sus hermanas menores y ha sido más bien una figura ausente de su día a día.
El deseo de Tita de que su hija Carmen, convertida en su mano derecha, siga sus pasos en la gestión del legado artístico también ha podido suponer un motivo más de distanciamiento con Borja. «Le gusta el arte y sabe de gestión, quizás sea mi heredera», fueron las palabras concretas de la baronesa.
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