Sale a la luz el contenido de las cartas que Lady Di escribió sobre su luna de miel
Lunes, 1 de julio 2024, 15:36
Este lunes 1 de julio, Lady Di habría cumplido 63 años y el próximo 31 de agosto habrán pasado 27 años del trágico accidente que segó su vida en París. Casi tres décadas en la que no han cesado de subastarse objetos personales de quien fuera princesa de Gales y que se convirtió en todo un icono del siglo XX. Ahora, han salido a la luz unas cartas privadas e inéditas que la madre de los príncipes Guillermo y Harry escribió después de casarse con el entonces príncipe Carlos dirigidas a Maud Pendrey, una antigua ama de llaves de la casa de la familia Spencer donde se crio en las que le cuenta, entre otras cosas, detalles sobre cómo disfrutó su luna de miel.
Manuscritos personales que incluyen notas de agradecimiento, saludos navideños y correspondencia en la que se puede conocer de primera mano cómo vivió la princesa del pueblo sus primeros años de casada. En ellas desvela su día a día, sus alegrías y desvelos, su ilusión como madre y su preocupación por las causas humanitarias. Textos cargados de emociones, ingenio y sentido del humor que permiten conocer su faceta más íntima y que se han subastado junto a otros objetos. En total 200 pertenencias de la princesa que ahora forman parte de las colecciones privadas de admiradores de todo el mundo.
En el caso de los manuscritos, han suscitado tanto interés que una de esas cartas, en concreto, una dirigida a Pendrey fechada en 1984 en la que habla de su embarazo del príncipe Enrique ha llegado a multiplicar en más de 15 veces la estimación económica prevista, superando los 44.000 dólares. «Con el bebé que llegará pronto, nuestras vidas parecen estar muy ocupadas, ¡pero no lo haríamos de otra manera!», escribe la princesa de Gales a su antigua ama de llaves de la que se despide mandándole «mucho amor de Diana».
Cerca de 9.000 dólares ha pagado el mejor postor que se ha hecho con la carta también dirigida a la señora Pendrey, con membrete real, fechada el 14 de agosto de 1981, en la que la princesa habla de que su luna de miel está siendo «un gran éxito» y que está pasando junto a su marido, el príncipe Carlos, «un tiempo glorioso». Unas palabras que no hacían presagiar el turbulento final que tendría aquel matrimonio en el que el corazón de heredero estuvo siempre ocupado por otra mujer, Camilla Parker Bowles.
Cartas que escribe desde las diferentes residencias reales, como la enviada desde el Castillo de Balmoral, en Escocia, residencia predilecta de la reina Isabel II. «Estamos en Escocia hasta finales de octubre, lo que es especialmente espantoso, pero estoy agradecida», le confiesa a su ama de llaves a la que agradece los regalos que le ha mandado para su primogénito. «Estamos muy emocionados y encantados con los maravillosos cárdigan. Muchas gracias por consentir a Guillermo. ¡No se los merece! Al ritmo que está creciendo, no pasará mucho tiempo antes de que le queden bien», le cuenta. Ya antes le había relatado lo ilusionada que estaba con el nacimiento de su primer hijo: «Guillermo nos ha traído tanta felicidad y satisfacción. Te adjunto una fotografía de una madre extremadamente orgullosa y afortunada». Tan contenta estaba que esperaba tener «muchos más bebés», confesaba.
Textos que permiten atisbar una Diana que nada tiene que ver con la que años después concedería la impactante entrevista en la que desentrañaba los secretos más turbios de su matrimonio con el príncipe Carlos.
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