
Se jugaba mucho en esta final Demichelis. Si bien se mantiene invicto en lo que va del año, a su equipo le cuesta convencer y la sensación es que todavía sigue levantando pagarés por los cortocircuitos del año pasado adentro del vestuario. De hecho, el saludo frío con Enzo Pérez en la previa mostró que algunas cicatrices siguen abiertas.
Con esta victoria clave, entonces, el DT sale fortalecido para lo que viene y de paso suma una estrellas más, la tercera, a su palmarés como entrenador riverplatense. Después del encuentro, a Micho se lo vio visiblemente emocionado. Entre lágrimas recorrió el campo de juego mientras los jugadores del Millo festejaban la Supercopa y saludó con mucho afecto a Aliendro.
Minutos después, dentro del campo ya estaban su pareja Evangelina Anderson y sus hijas, Emma y Lola, quienes se fundieron en un sentido abrazo. La banca de la familia siempre fue un sostén para el DT, que suma y sigue.
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