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Por qué la Política Agrícola Común europea genera cada vez más rechazo: las claves

París presiona a Bruselas para que resuelva el conflicto de los agricultores, levantados desde hace días desde Francia hasta Alemania. Emmanuel Macron enviará a su ministro Marc Fesneau a la Comisión Europea para presionar en favor de una rápida modificación de la PAC; la Política Agrícola Común que, se supone, debe proteger a los agricultores, pero cada vez más criticada por sus beneficiarios. ¿Por qué?

Durante sesenta años, la PAC ha sido el alfa y el omega de la agricultura europea. Gracias a los precios garantizados por la PAC, la producción agrícola europea se disparó a partir de los años 1960.

Granjeros alemanes también se suman a las protestas del campo en Europa. Foto: ReutersGranjeros alemanes también se suman a las protestas del campo en Europa. Foto: Reuters

La prioridad entonces era alimentar a la población a un precio moderado apoyando una actividad considerada como la piedra angular de la soberanía alimentaria.

En 2023, sigue siendo la mayor partida de gasto de la UE-27. La PAC sigue aportando más de la mitad de los ingresos percibidos por los agricultores europeos. Los franceses son los principales beneficiarios. Pero cada vez son más pobres. En 30 años, sus ingresos han disminuido un 40%. ¿Qué pasó?

La generosidad de la PAC en declive

El declive comenzó cuando la PAC redujo su red de seguridad. A partir de los años 90, para limitar la explosión de sus gastos, la UE puso fin a los precios garantizados y a la compra de excedentes.

Poco a poco, el mercado empezó a determinar los precios y, por tanto, la renta agraria. Y este precio tiende a bajar.

Aumentan los trámites burocráticos para recibir las siempre imprescindibles subvenciones de Bruselas, así como los diversos costos que soportan los agricultores.

Las ayudas de la PAC compensan cada vez menos la pérdida de ingresos. El retorno de la inflación agrava su ya precaria situación. La subida de los precios de los carburantes y los fertilizantes aumenta los costos.

Y la subida de las tasas de interés reduce su capacidad de endeudamiento. En este contexto cada vez más difícil, deben adaptarse a una nueva metamorfosis de la PAC.

La PAC toma un giro verde a partir del 1 de enero de 2023. Bruselas impone exigencias medioambientales sin tener en cuenta las presiones económicas cada vez mayores que sufren los agricultores.

Una apuesta arriesgada en el modelo económico

Se suponía que el carácter de gama alta de su producción conduciría espontáneamente a un aumento de sus ingresos, pero con la inflación, esta hipótesis mágica no se hará realidad.

Los consumidores buscan ante todo precios bajos, como demuestra la crisis de los productos ecológicos. La “ecologización” de la agricultura requiere un mejor apoyo financiero y reglamentario para preservar el modelo económico de la explotación agrícola europea.

Un aumento del presupuesto de la PAC no figura en el orden del día, pero podría ser uno de los temas en juego en las elecciones europeas. A modo de comparación, Estados Unidos y Japón gastan mucho más que los 27 en apoyar a sus agricultores. Los suizos son los campeones del mundo, con subvenciones tres veces superiores a las de la Unión Europea.

Ataque a los acuerdos comerciales

Los agricultores también denuncian los acuerdos de libre comercio firmados en nombre de los 27.

El presidente Emmanuel Macron maniobra para suspender la firma de un acuerdo con Mercosur que penaliza la carne francesa. La otra manzana de la discordia para los franceses, como para los polacos y rumanos, es la de los productos ucranianos autorizados en Europa sin derechos de aduana. Una generosidad que podría revisarse a la baja.


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