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Los grandes ídolos de River que jugaron contra River

La historia de River, con casi 123 años de vida, está repleta de jugadores de enorme calidad y jerarquía que marcaron épocas. Y dentro de esos players queridos por el hincha, algunos traspasaron el límite por diferentes hechos puntuales y llegaron a entrar en la categoría de ídolos. Se sitúan en la cúspide de una pirámide confeccionada sólo para privilegiados. También hay algunos que alcanzaron ese grado una vez que se convirtieron en entrenadores del CARP, dejando su huella.

A partir de los seis años y medio de estadía, con su enorme rendimiento, los títulos logrados y las recíprocas muestras de afecto, Enzo Pérez, que a la vez es hincha de la institución, se convirtió en un ídolo de estos tiempos. Si bien ya era muy apreciado y valorado, el día que hizo de arquero en plena Copa Libertadores de 2021 (ante las bajas en el plantel por el COVID) lo depositó para siempre en ese selecto escalafón.

Ahora, a Enzo le tocará estar en la vereda rival, ya que será nuevamente jugador de Estudiantes (donde también es reconocido) y tendrá que enfrentar al Millo en este 2024: Supercopa Argentina y, por lo menos, Copa de la Liga y Liga Profesional. Podrían también darse enfrentamientos en Copa Argentina y Libertadores. Pero esa será otra cuestión.

A partir de este caso, en Olé vamos a repasar qué sucedió con aquellos grandes ídolos que jugaron, ya con ese mote obtenido, contra el propio River y qué pasó. Vamos a abordar los casos más significativos.

BETO ALONSO

Enemistado con el entrenador Alfredo Di Stéfano, el Beto Alonso, talentosísimo enganche nacido en el club y que ya había dado varias vueltas olímpicas (entre ellas, el Metro ’75 que quebró el maleficio de 18 años sin títulos), pidió ser transferido en 1982. Lo hizo con bronca y dolor por abandonar su casa, su gran amor. Pasó a Vélez, donde estuvo hasta el ’83 (marcó 16 goles en 73 partidos). En esas dos temporadas enfrentó al Millo en cinco oportunidades: tres triunfos, un empate y una derrota.

Betlo Alonso 10-1-2024

El gol del Beto Alonso a River en 1982.

Dentro de las victorias, la que realmente trascendió fue la del 3-2 de Vélez en el Monumental por el Metropolitano del ’82. En esa ocasión, Alonso le marcó a River y, para algunos, se trató del primer «gol no gritado» en la historia del fútbol argentino. Centro de Pino Hernández y perfecto cabezazo de Norberto para vencer al mítico Pato Fillol, uno de sus ex compañeros.

El Beto Alonso jugando para Vélez.El Beto Alonso jugando para Vélez.

Si bien, días antes del partido, Alonso había dicho ante la prensa que si hacía un gol lo iba a gritar por respeto a la institución velezana que lo estaba albergando, no lo llevó acabo. Y años más tarde, ya en su autobiografía El Beto, detalló: «Se venían a saludar los muchachos, pero yo estaba duro. Pensé ‘¿qué hice?’. Y no lo grité, porque no lo sentía. El tema no fue hacerle un gol al Pato, sino a River. Me fui de la cancha con mis chicos que habían ido a verme, en el camino me puse a llorar y no paré hasta llegar a mi casa. Me agarró un ataque de llanto; mis pibes no entendían nada”.

El 10, con 31 pirulos, volvió al club en 1984 para dos años después ganar absolutamente todo en el equipo del Bambino Veira: torneo local, Libertadores e Intercontinental. Se retiró después de eso y, ya en 1987, tuvo una despedida inolvidable con más de 70 mil almas.

ARIEL ORTEGA

También ya experimentado, con 30 años, el Burrito Ortega había retornado -en el segundo semestre de 2004- por segunda vez al fútbol argentino para desembarcar en Newell’s. Y a su querido River, donde ya era palabra mayor por lo hecho desde Inferiores a Primera (multicampeón), lo tuvo frente a frente en tres oportunidades. Y en todas le anotó.

La primera ocasión ocurrió en Rosario por el Clausura 2005. Ganaba 2-0 el visitante, pero la Lepra del Tolo Gallego lo dio vuelta, con un Ortega iluminado. Anotó el tercer gol de penal y no lo festejó ante los hinchas visitantes en el Coloso del Parque. «Fue una sensación normal, de respeto hacia el hincha de River. Por eso no lo festejé, pero la verdad es que quería hacer un gol. Llevaba mucho sin hacer un gol, estoy feliz», confesó post encuentro. Newell’s fue visitante en el siguiente partido, correspondiente al Apertura del mismo año. Fue victoria para River por 2-1 en cancha de Vélez. El Burrito, sinónimo de gambetas, había anotado el empate parcial con un derechazo bárbaro desde afuera del área grande y tampoco lo había celebrado ante los simpatizantes del Millo. Pero…

El Burrito vs. River en 2005 (DYN). El Burrito vs. River en 2005 (DYN).

Lo picante ocurrió en 2006, nuevamente en Rosario. Triunfo de Newell’s por 3-1 y polémico gesto del Burrito tras su gol. Se tapó la cara con la camiseta leprosa y luego miró a la tribuna de los hinchas de River haciendo un gesto de «paguen, paguen» con sus manos. En realidad, el palo había sido para el presidente José María Aguilar, que en el verano de ese año no había querido hacer la inversión para volver a tener a Ortega entre las filas riverplatenses.

River Plate 10-1-2024

Gol de Ortega y gesto a River en 2006

Finalmente, luego de ese hecho, Orteguita (que completó 61 partidos en NOB y metió once goles) volvió a River para ser dirigido por Daniel Passarella, quien lo había llevado a Primera. Con idas y vueltas en cuanto a su regularidad (siempre querido por los hinchas por todo lo que había dado en sus etapas anteriores y por lo que seguía mostrando, ya en cuotas menores), fue clave para la obtención del Clausura 2008, con Diego Simeone como DT. Problemas extrafutbolísticos y su tirante relación con el entrenador obligaron que se marchara a Independiente Rivadavia por una temporada. Concretó su vuelta en 2009, ya en una época de vacas flacas para la institución, y permaneció allí hasta fines de 2010. En el primer semestre de 2011, antes del descenso, fue transferido a préstamo a All Boys por decisión de JJ. López. Y después jugaría en Defensores de Belgrano.

A pesar de esos vaivenes, nada opacó la relación entre el jujeño, que siempre expresó su pasión riverplatense, y el fanático. Por eso, en 2013 también recibió una inmensa despedida en un Monumental repleto.

UBALDO FILLOL

A diferencia de los otros dos, el Pato no salió de la cantera de River, pero sí se ganó el derecho a sentarse en la mesa de los grandes ídolos. Uno de los mejores arqueros de la historia del club y del fútbol argentino, campeón del mundo en 1978. También mega ganador con la Banda (fue uno de los que acabó con la sequía en 1975), se marchó en 1983 por conflictos con la dirigencia millonaria. Pasó en ese momento al Argentinos de Angelito Labruna, grandísimo emblema riverplatense. Posteriormente, jugó en Atlético de Madrid, Flamengo y regresó a Argentina en 1987 para defender los colores de Racing hasta 1989.

Más allá de una recordada pelea con el Loco Enrique en un partido entre el Millo y la Academia en Avellaneda, donde terminó expulsado, lo realmente significativo del gran Pato contra River (al que ya había eliminado de las semis de la Supercopa del ’88) fue lo sucedido en su último partido como profesional, ya defendiendo los colores de Vélez en 1990.

El día que el Pato amargó a River. El día que el Pato amargó a River.

En la última fecha del Apertura, con 40 años en su espalda, Fillol amargó a todos en pleno Monumental. Ese día, el Pato dio cuenta de su mejor repertorio, a tal punto que los medios gráficos lo llegaron a calificar con un 10 por sus atajadas. El Fortín se impuso por 2-1, con él desviándole un penal clave a Rubén Da Silva. Privó a River del título, ganado finalmente por Newell’s (terminó con dos puntos más que el por entonces equipo de Daniel Passarella).

Pato Fillol 10-1-2024

El último partido de Fillol

A pesar del contexto negativo, Fillol se llevó los aplausos y la ovación del Monumental. “Hoy le di a Vé­lez lo que le di a Ri­ver 10 años, en­tre­ga ab­so­lu­ta y to­tal”, contó el 1, años después en una nota con el Gráfico, sobre lo que le dijo a su papá (fana del CARP) en ese entonces. Cada vez que puede, Ubaldo Matildo no duda en asegurar que River es su lugar en el mundo. Un gigante bajo los tres palos. Pasan los años pero el cariño mutuo perdura.

BONUS TRACK: DOS ENTRENADORES EMBLEMÁTICOS

RAMÓN DÍAZ

Ya se había ganado el corazón de los hinchas por lo hecho como jugador en sus dos etapas, pero Ramón alcanzó el grado de ídolo una vez que se calzó el buzo de entrenador. Sinónimo de éxitos (lo dirigió entre 1995 y 1999, 2002-2003 y 2012-2014), el riojano enfrentó a River cuando fue DT de San Lorenzo entre 2007 y 2008. Hubo tres empates en el plano local, pero lo realmente preponderante ocurrió en la Libertadores ’08.

Ramón Díaz 10-1-2024

El grito de Ramón contra River en 2008

CASLA había ganado la ida de octavos de final por 2-1 en el Nuevo Gasómetro y en la vuelta, con dos hombres expulsados, estaba abajo en el global por los dos primeros goles del local River (3-2). Gonzalo Bergessio igualó la serie (luego marcaría uno más para el 4-3 final en Núñez) y a Ramón le ganó la euforia en ese entonces, ya que gritó el primer tanto de su delantero. Obviamente, finalizada la revancha, se fue derechito al vestuario y celebró en la intimidad el pase a cuartos del Ciclón. Naturalmente, más allá de lo profesional, sentimientos encontrados por su conocido fanatismo riverplatense. ¿Rencor de los hinchas? Para nada. Luego, años más tarde, volvió para salir otra vez campeón, ya con su hijo Emiliano como ayudante principal. Un mega ídolo.

ÁNGEL LABRUNA

Angelito. Para muchos, el más grande de todos. Máximo goleador en la historia del club y emblemático ya como jugador, su paso como DT lo catapultó prácticamente a ser un Dios de River. Porque fue el que cortó la racha negativa en 1975 y le devolvió la gloria esquiva a su amada institución. 22 títulos en total entre futbolista y entrenador (misma cosecha que Marcelo Gallardo). Anti Boca absoluta, había enfrentando a River durante su segunda etapa como DT de Platense en los años sesenta. También, ya en la primera parte de los setenta, lo hizo en el banco de Central, Chacarita, Racing y Talleres antes de volver a Núñez para sacarlo campeón en el ’75. Hay grandes anécdotas que marcan de cuerpo entero lo que sentía por River: como el día que estaba dirigiendo a la Acadé y casi que obligó-amenazó al Pato Fillol que aceptara la transferencia a la Banda por todo lo que significaba. O, establecido en el Canalla, la vez que le dijo a un juvenil Alonso (jugador rival en ese momento) que corriera y transpirara la camiseta que él había usado durante casi 20 años. Ese día, por el Metro de 1972, Central goleó a River 4-0…

Ángel Labruna, prócer de River. Ángel Labruna, prócer de River.

En 1981 se fue de Núñez enemistado con la dirigencia y agarró Talleres de Córdoba. Una frase lo pintó en su esencia, en lo que corría por sus venas: «Al irme de River, pensé que se terminaba el mundo, si hasta me quise pegar un tiro. Anduve como loco toda una noche sin poder dormir. Salí a dar vueltas por cualquier lado con el auto. No quería volver a mi casa. Unos días después llegó el llamado de Talleres, pero yo seguía pensando en River».

¿Otra frase más? «Estaba dirigiendo a cualquier equipo y apenas entraba al vestuario preguntaba cómo había salido River”. ADN de CARP. Dirigió también a Argentinos antes de su muerte en 1983 y, por si fuera poco, eliminó al Millo de los cuartos de final del Nacional de ese año. Quería ganar, como todos, pero le dolía como a ninguno hacerlo justo ante su amor futbolístico. Su gran debilidad. Angelito, inolvidable. Un personaje fuera de serie.


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