Antes de que comience a discutirse el proyecto de reforma del Estado en el Congreso, el vocero presidencial, Manuel Adorni, culpó a quienes se oponen a la «ley ómnibus» por la suba de los dólares financieros registrada en los últimos días y advirtió que si la norma no es aprobada el impacto será mayor.
«Lo que vimos solo en el mercado financiero, en términos de tipo de cambio, es una muestra de lo que puede suceder si lo que nosotros planteamos como cambio la política no lo acompaña», sostuvo.
El lunes, los dólares financieros continuaron con la tendencia alcista que traen desde que empezó 2024. El contado con liqui avanzó 5,4% y llegó a $1.201,50, un nuevo récord para esta variante que es la vía que eligen las empresas para dolarizarse.
Ayer, la tensión reflejada por el debate en las comisiones del Congreso contribuyó a la inestabilidad de los mercados, un costo que el Gobierno apunta a dejar por los políticos que, según el análisis oficial, no entienden la gravedad de la crisis y la necesidad de tener respuestas acordes a la responsabilidad como legisladores.
La fuerte disputa política puso sobre el tapete la grieta en su máxima expresión, con un kirchnerismo que aparece como la contracara del Gobierno, y una parte del arco político presuntamente alineado con el cambio que se suman a la ofensiva K, en tanto los mercados acusan con algo más que señales la preocupación por la estabilidad económica y la gobernabilidad. Un dato no menor que sigue con atención los negociadores del FMI y el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Adorni, cumpliendo su rol de explicar en términos de opinión pública los efectos nocivos de esta pulseada sobre el abismo, advirtió que si el Congreso no apoya la reforma presentada por Milei el impacto en el mercado financiero puede ser mayor. «En el caso que se dé en el plano hipotético que la ley no se apruebe, las consecuencias son impredecibles», enfatizó.
Insistió en que «el ruido», debido a «los rumores de desacuerdo» y los amparos en torno a los aspectos de la «ley ómnibus» en el ámbito laboral, impacta en el mercado financiero.
En su habitual conferencia de prensa, Adorni insistió en remarcar las consecuencias que tendrá para el país que no se aprueben las reformas que impulsa el Gobierno.
«El decreto está en vigencia, lo que está suspendido es la parte laboral, esto hizo que el mercado pase factura de determinadas desprolijidades, no nuestras, sino de diferentes actores y de parte de la política», sostuvo.
El vocero señaló que, tanto el mega DNU como la llamada «ley ómnibus», «son piezas fundamentales y necesarias para salir de esta decadencia». Y habló de «consecuencias impredecibles», en caso que el proyecto no sea aprobado por el Congreso.
En ese sentido, enumeró los altos índices de pobreza, indigencia e inflacionario y el aislamiento con el mundo, entre otros puntos, por lo que manifestó que el proyecto propone cambios profundos.
«Estamos viviendo una situación decadente de muchísimo tiempo y nos cuesta comprender cuál es la postura de alguien que no quiere cambiar, algo que la gente eligió y votó legítimamente», concluyó Adorni.
Está claro que la estrategia del oficialismo es abrir desde ya el paraguas por una eventual profundización de la crisis, de modo que el costo político de sus consecuencias queden por los que, según la visión del oficialismo, no respetan lo que el pueblo votó ni comprende que la gravedad del momento no permite ni aconseja discusiones que considera estériles, deteniéndose en las formas mientras el país enfrenta el peligro cierto de una hiperinflación, si no se logra cerrar el círculo en tiempo y forma que posibilite ver los resultados de la baja de la inflación.
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