La vida después del retiro no es fácil para ningún futbolista profesional. Tras tantos años de dedicación, siempre es complicado colgar los botines y abrir un nuevo capítulo lejos de la alta competencia. Sin embargo, Santiago Silva -quien se retiró el año pasado tras un breve pasó por el Palo de Málaga– no dejó del todo atrás su carrera pese a haberse alejado de las canchas…
Luego de su retiro, el uruguayo decidió quedarse España y apostar por otra de sus grandes pasiones: la comida. Así fue cómo este año, el Pelado abrió su propio restaurante, llamado Silvando y tematizado en su propia carrera profesional.
Silvando, el restaurante de Santiago Silva
Pese a no competir más como profesional, el delantero no deja de lado su vida como futbolista, por lo que su local está relacionado a todo lo que fue su vida en el deporte. El negocio tiene en exhibición diferentes camisetas, botines y pelotas que utilizó a lo largo de su carrera. A eso se suman recortes de diarios sobre grandes momentos en su carrera y otros recuerdos de su trayectoria como jugador.
Silva en su restaurante.“Esta es mi idea loca, con muchas camisetas por todos lados», confesó el ex futbolista en diálogo con Salir Jugando. «El menú tiene una mixtura de comida española, obviamente porque estamos acá, y un poco de comida tradicional de Uruguay y Argentina”, agregó Silva.
En el restaurante, se pueden ver cuadros con distintas casacas de Boca, Fluminense, Lazio y más. Algo que llamó la atención de los hinchas fue la presencia de una camiseta negra de River, un caso curioso si tenemos en cuenta que el Pelado jugó en el Xeneize entre los años 2011 y 2013.
Algunas de las camisetas que decoran las paredes.El paso de Silva por el fútbol argentino
A lo largo de toda su carrera, el Pelado pasó por 18 clubes. En Argentina, defendió los colores de Newell’s, Gimnasia, Vélez, Banfield, Boca, Lanús, Arsenal, Talleres, Argentinos y Aldosivi.
Silva, formó parte del plantel que consiguió el único título del Taladro en la Primera División, en el Apertura 2009. En ese mismo torneo fue el máximo goleador del campeonato, con 14 goles. Dos años después, se consagró con el Fortín, el equipo al mando de Ricardo Gareca, en aquella recordada definición en la última fecha con Huracán.
El atacante jugó durante dos años en Boca y obtuvo la Copa Argentina en el año 2012. En el CABJ marcó 19 goles en 55 partidos disputados y también fue subcampeón de la Libertadores de 2012.
Además, el uruguayo se consagró en la Copa Sudamericana 2013 que ganó con el Lanús, luego de derrotar en la final a Ponte Preta de Brasil.
Silva levantando la Sudamericana.
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