Buscan que niños y adolescentes ‘recuperen su voz’ durante las hospitalizaciones
Estrategias de diagnóstico «claras», herramientas como juegos y cuentos, acompañamiento a las familias en las tareas de cuidado y abordaje psicológico interdisciplinario son algunas de las claves para que niñas, niños y adolescentes «recuperen su voz» en contextos de hospitalización como cirugías o internaciones prolongadas frente a la «angustia y temor» que puede generar el proceso, aseguraron especialistas en salud mental.
El proceso de hospitalización que implica llevar adelante un tratamiento médico o quirúrgico produce «gran impacto» en los niños y sus familias, indicó en diálogo con Télam la especialista en psiquiatría y psicología médica, Alejandra Bordato, jefa de Salud Mental del Hospital Garrahan.
Esta situación, ligada a los sentimientos de «angustia, temor, ansiedad e incertidumbre» que puede provocar una internación, se intensifican en los casos de enfermedades de alta complejidad, que «ponen en riesgo la vida del paciente o su calidad de vida relacionada a la salud en un futuro», añadió Bordato.
Por este motivo, la especialista se refirió al abordaje psicológico «adecuado» que debe brindarse en especial a la población pediátrica y señaló que estos aspectos deben tenerse en cuenta para «llevar a cabo los tratamientos y un desarrollo emocional adecuado teniendo en cuenta el momento evolutivo» de cada uno.
«La forma de comunicar el diagnóstico es el primer paso para luego poder encarar el proceso de afrontamiento de la enfermedad, que produce cambios en la vida cotidiana, obligando a constantes adaptaciones a lo largo del tratamiento», explicó Bordato.
El rol del equipo de salud mental es clave en este sentido, al trabajar «de forma integrada con los equipos de salud para ayudar a brindar la información necesaria, de forma simple y clara, manteniendo, cuando la situación lo permite, una mirada esperanzadora», agregó.
A su vez, señaló que, en casos que lo requieran, en el Garrahan también «se realizan intervenciones terapéuticas o farmacológicas para poder hacer más transitable el difícil camino de la enfermedad médica».
El servicio además cuenta con una sala de juegos terapéutica que estimula la actividad de juego e intercambio de los pacientes que se encuentran internados.
Entre los principales desafíos que atraviesan los niños, niñas y adolescentes en contextos de hospitalización se encuentra el seguimiento de tratamientos prolongados que requieren procedimientos repetidos, como rutinas de medicación y cuidados especiales.
Sin embargo, a la preocupación por el estado de salud se suman múltiples complicaciones derivadas de la organización de la vida cotidiana y la subsistencia.
Un programa bonaerense
En este sentido, otra de las iniciativas que buscan el abordaje integral es el Programa de Acompañamiento y Cuidado de Niños, Niñas y Adolescentes en Contexto de Internación Hospitalaria (PACH) del Ministerio de Salud bonaerense.
El programa se centra en dos ejes. Por un lado, «acompañar en las tareas de cuidado en niños y adolescentes que cursan internaciones hospitalarias y que no cuentan con una red de contención afectiva para sostener los cuidados de forma temporaria o permanente», contó a esta agencia la psicóloga Johana Lazarte, cocoordinadora del programa en la región norte del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
«Normalmente, en casos que trabajamos, la mayor parte son hogares monoparentales o madres con trabajos que se ven en riesgo para sostener cuidados y el acompañamiento de sus hijos» durante una hospitalización, explicó la especialista.
Para ello, el programa ofrece acompañamientos que van desde las 24 horas del día a otros parciales de algunas horas.
«Por ejemploalgo muy clásico que ocurre tiene que ver cuando un adolescente está atravesando una situación de internación, llega la cuidadora y puede dormir de corrido o descansar tranquilo, porque sabe que hay alguien velando por él y cuidándolo, lo que le da tranquilidad para descansar», relató Lazarte.
El segundo eje se centra en un circuito de actividades lúdicas y de promoción de derechos, en el que «los profesionales buscan recuperar el juego, no solo para infancias sino también para las familias», sostuvo la psicóloga.
«Esto tiene que ver con retomar lo vincular y reforzar el derecho al juego como parte del proceso de atención y cuidado en la salud, y que la internación no se reduzca a una cama y a un cuerpo que padece una enfermedad, sino un sujeto de derecho que tiene voz y hay que recuperarla, escucharla, y hacerla parte de ese proceso de salud», aseveró.
Y añadió que prácticas cotidianas como «poner una vía o los controles de enfermería se atraviesan de otra manera al estar mediados por el juego, la actividad lúdica o alguien que te está dando una mano».
En este sentido, desde octubre de 2022, a través del programa se acompañó a 427 niños, niñas y adolescentes en 50 hospitales de la provincia de Buenos Aires, detalló el Ministerio de Salud bonaerense.
Al hospital con amor
Por su parte, las psicólogas cordobesas Lara Cohen y Daniela Mainero crearon en 2023 «Al hospital con amor», una iniciativa que desarrolla recursos para mejorar el acompañamiento a niños y niñas durante una internación, con especial énfasis en la comunicación de las emociones.
El proyecto -que cuenta con un libro de cuentos, playlist de música, ejercicios de mindfulness y juegos, entre otras herramientas- surgió a raíz de la experiencia personal de Cohen con su hijo que debió atravesar dos internaciones.
«Al hospital con amor» nació a partir de «una necesidad imperiosa, real e importante de madres y padres de la falta de recursos para transitar este tipo de situaciones, con una carga emocional muy grande», explicó la psicóloga.
En contraposición a las «guías sobre enfermedades, en las que los niños siempre estaban sonriendo», la propuesta aborda la naturalización de emociones como «la ira, el llanto, la angustia y el desconocimiento del cuerpo».
Como parte del proyecto, un libro de cuentos narra el tránsito del protagonista, Milo, durante una cirugía en el hospital.
A través de esta historia, se busca acompañar a la familia y en especial a Milo, describiendo cada momento de la experiencia y dando a conocer las emociones y sentimientos que pueden surgir.
«Lo que proponemos con el cuento es anticipar, relatar, poner en palabras lo que va a ocurrir, en el antes, durante y después (de la hospitalización), porque ayuda a elaborar», explicaron las psicólogas.
Y agregaron: «Como siempre decimos, la lectura del cuento no quiere decir que el niño no se vaya a angustiar, pero podemos, mientras tanto, dar un tiempo para gestionar y desarrollar otras estrategias».
Asimismo, las especialistas remarcaron los beneficios de herramientas como el cuento para los pacientes «de todas las edades».
«Estimula la imaginación, fomenta la empatía, fortalece la función cognitiva, la atención y la memoria. Estimula mucho, ni hablar del lenguaje para comunicar, pedir ayuda, es un dispositivo muy rico y fundamental», concluyó Mainero.