Donald Trump, en la mira de la justicia en el tercer aniversario del asalto al Capitolio
Miembros de grupos de extrema derecha. Ex policías. Un nadador medallista de oro olímpico. Y marines en servicio activo. Son parte de los cientos de condenados en estos tres años por el violento asalto al Capitolio, en Washington, el 6 de enero de 2021.
Ese día, una nación atónita vio en sus televisores cómo se desarrollaba un intento golpista en Estados Unidos promovido por fanáticos trumpistas. Esas imágenes se repetirán en multitud este sábado al cumplirse el aniversario. Y muchos mirarán a la justicia.
El tribunal federal de Washington sigue inundado de juicios, audiencias de declaración de culpabilidad y sentencias derivadas de lo que se ha convertido en la investigación criminal más grande en la historia del país.
La búsqueda de sospechosos está lejos de terminar. “No podemos reemplazar los votos y la deliberación con violencia e intimidación”, dijo el jueves a los periodistas Matthew Graves, fiscal federal para el Distrito de Columbia.
Las autoridades todavía están trabajando para identificar a más de 80 personas buscadas por actos de violencia en el Capitolio y para descubrir quién colocó bombas caseras frente a las oficinas de los comités nacionales republicano y demócrata el día antes del ataque a la sede del Parlamento. Y continúan realizando nuevos arrestos.
Los casos se están desarrollando en el mismo tribunal donde está previsto que Donald Trump sea juzgado en marzo en el caso que acusa al ex presidente de conspirar para revertir su derrota electoral de 2020. El asalto al Capitolio buscó impedir la consagración parlamentaria de Joe Biden.
El ex presidente, acusado de insurrección
Ese día, en la mañana, un nutrido grupo de manifestantes ultranacionalistas se concentraron en un parque público para escuchar los discursos del presidente saliente y de su hijo Donald Trump Jr.
El mandatario repitió ahí su insistente narrativa de que había ganado las elecciones de noviembre frente al demócrata Biden, pero le habían robado el resultado. No aportó nunca pruebas, tampoco en ese discurso en el cual alentó a sus fanáticos a quienes “pidió luchar como demonios porque si no no van a tener país”. Y los incitó a moverse.
“Sé que todos los presentes pronto marcharán hacia el edificio del Capitolio para hacer oír sus voces de manera pacífica y patriótica. Hoy veremos si los republicanos se mantienen firmes a favor de la integridad de nuestras elecciones”, añadió.
Esa fue la única vez que mencionó la palabra “pacíficamente”. En contraste, usó la palabra “luchar” 14 veces, dijeron los investigadores que lo acusan de insurrección.
Tensión y cuatro muertos
Los manifestantes, que Trump describió como “patriotas”, finalmente ingresaron al edificio, traspasaron la seguridad y llegaron a ocupar la cámara del Senado que fue evacuada. Se generalizó una violenta pelea. En esos choques una manifestante recibió un balazo de las fuerzas del orden dentro el edificio y falleció. Otros tres militantes murieron también por heridas de bala.
El desastre fue mayúsculo y es considerado el primer intento de golpe concreto en Estados Unidos con la intención de que Trump retuviera el poder. Fue su vicepresidente, Mike Pence, quien logró salvar a la República y defendió en el recinto la victoria legítima de Biden, un gesto que el magnate neoyorquino nunca le perdonó: “No hizo lo que debía hacer”, dijo.
Más de 1.230 personas han sido acusadas de delitos federales durante los disturbios, que van desde delitos menores como allanamiento de morada hasta delitos graves como agresión a agentes de policía y conspiración sediciosa. Sólo dos acusados han sido absueltos de todos los cargos.
Unas 750 personas han sido condenadas y casi dos tercios han recibido algún tiempo tras las rejas. Las penas de prisión van desde unos pocos días de reclusión intermitente hasta 22 años. La sentencia más larga fue impuesta a Enrique Tarrio, el ex presidente nacional del ultranacionalista Proud Boys que fue declarado culpable de conspiración sediciosa, lo que los fiscales describieron como un complot para evitar la asunción de Biden.
Muchos alborotadores ya han salido de prisión después de cumplir sus condenas, incluidos algunos acusados de actos violentos.
Los abogados defensores y fiscales están siguiendo de cerca un caso que pronto escalará a la Corte Suprema. Es el testimonio de uno de estos fanáticos acusado de obstrucción. Es importante porque se trata del mismo cargo presentado contra Trump por el fiscal especial Jack Smith.
Varios acusados también huyeron después de ser acusados, incluido un miembro de Proud Boys de Florida que desapareció mientras estaba bajo arresto domiciliario.
El FBI todavía está buscando a algunos acusados que han estado prófugos durante meses, incluido un par de hermanos de ese estado. Hay otro dirigente de esos grupos, Evan Neumann, que sencillamente escapó del país en diciembre de 2021 y se cree que vive en Bielorrusia, un país aliado de Vladimir Putin, el autócrata ruso de fluida relación con Trump.
Fuente: The Associated Press
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