Hace ya un tiempo que resulta complicado engancharlo en la Argentina. Solamente regresa para un breve descanso entre partido y partido. Disfruta de su familia, mira un poco de fútbol local y vuelve a subirse a un avión para seguir su recorrido por el mundo. Quizás esa es la fórmula del éxito que está logrando la Venezuela de Fernando Batista: acompañar y marcar presencia en los partidos de todos los jugadores que integran su Selección, para así lograr “afianzar el grupo más allá de lo deportivo”.
El año de la Vinotinto en las Eliminatorias terminó con un empate contra Perú, quedando momentáneamente clasificada para el próximo Mundial como la cuarta mejor selección de Sudamérica. La fórmula Batista se repite: esa misma receta que utilizó para formar a ocho de los veintiséis actuales campeones del mundo, pisa fuerte en el fútbol venezolano como una estrategia magistral en busca de conseguir clasificar a Venezuela a la Copa del Mundo por primera vez en su historia. Con la calma que lo caracteriza, el Bocha atendió a Olé para hablar de la notoriedad que va tomando su trabajo en los resultados de cada partido.
Ponerle su sello a un equipo conocido
-¿Cómo fueron estos primeros meses como DT de un equipo que ya conocías?
-Cuando uno empieza a trabajar con el equipo lógicamente uno le pone su impronta, más allá de que conocía a los jugadores y sabía qué característica tenía cada uno. Además sabíamos que todos los partidos que habíamos jugado eran amistosos y hasta septiembre no íbamos a tener competencia. Más allá de todo lo que había trabajado José en su momento, lógicamente uno le pone su sello personal al equipo. Los resultados son buenos pero yo no me quedo solamente con los resultados, también hay que contemplar el camino y el proyecto tratando de que esto sea un proceso y sin que la locura de los resultados nos lleve a cambiar nuestro objetivo. Hoy los resultados son buenos pero hay que seguir trabajando.
La cocina de un Venezuela ganador
-¿Y cuál es ese “sello personal” que le pusiste a Venezuela?
-Primero que nada la mentalidad. El principal rival de Venezuela es Venezuela porque nos la tenemos que creer, en el buen sentido. Hay que respetar a cualquier rival pero saber que en cualquier partido podemos ser competitivos y jugarle de igual a igual a todos. Tratar de ser un equipo competitivo, ordenado y que se nos respete, fue una de las primeras cosas que empecé a trabajar grupal e individualmente. Ser fuerte de local y cuando vamos afuera ser respetados.
-De a poco lo van entendiendo y se van dando cuenta que Venezuela puede pelear las eliminatorias. El jugador venezolano es bueno desde la técnica y sacrificio. Yo les planteé de entrada todas las virtudes que tenemos como plantel para que crean que pueden lograrlo. Creo mucho que el fútbol es un estado de ánimo y cuando estamos bien de la cabeza, podemos jugarle de igual a igual a cualquiera.
-¿El armado de un buen grupo humano contribuyó en los resultados obtenidos?
-Sí y es lo que queremos seguir afianzando más allá de lo deportivo. Sostengo que el jugador es un ser humano que se pone una camiseta y sale a la cancha, nunca hay que perder de vista eso. Este es uno de los puntos fuertes que tiene Venezuela porque hemos formado un gran grupo con buenas personas, y eso es lo que nos va a llevar a ser más competitivos en la cancha.
El desafío de hacer una buena Copa América
En menos de un año, el Bocha logró un empate histórico en tierras brasileñas: la segunda vez que Venezuela no pierde en ese país. Clasificándose al Mundial, cierra el año bien posicionado de cara al próximo gran desafío.
-Se viene la Copa América y el panorama es bastante alentador…
-Yo siempre creo que nos va a ir bien. Creo que vamos a ser competitivos y nos va a servir mucho la Copa América para seguir afianzando ideas y estar más juntos. Sin embargo, siempre hay que tener los pies sobre la tierra porque el fútbol te da cachetazos cuando menos lo esperas. Hay que tener tranquilidad y la misma humildad que mantenemos desde el primer día. Intentaremos utilizar la Copa para llegar lo más lejos posible, seguir afianzando cosas del equipo y esa unión grupal que hoy estamos logrando. Trataremos de que cada equipo que le toque jugar contra Venezuela diga: ‘Uy, hoy nos toca Venezuela y ya no es el Venezuela fácil, sino que va a ser muy complicado’.
Su reflexión sobre la salida de Rondón de River
En las últimas semanas, se conoció que el venezolano Salomón Rondón dejó de ser jugador de River Plate. A menos de un año y con contrato vigente hasta 2025, el jugador decidió dar un paso al costado por una decisión meramente personal. El Bocha, que sigue de cerca cada uno de los movimientos de sus dirigidos, reflexionó sobre su salida: “Son decisiones personales. Es una lástima porque River es un gran club y tiene buen funcionamiento, pero a veces hay que escuchar a la familia. El que juega es un ser humano y si ve que la familia no está bien, lógicamente toma decisiones de cambio”.
El impacto positivo de Messi en Josef Martínez
-¿Cómo lo notás a Josef Martínez luego de compartir con Messi en Inter Miami?
-Charlé bastante con él luego de la llegada de Leo a Miami y me contaba que jugar con Messi te obliga a estar al 100%. Leo es el mejor de todos y en cualquier momento del partido te puede involucrar en jugadas inesperadas y para eso necesitas estar a la altura. Creo que a Josef le sirvió mucho compartir con Messi para seguir creciendo en lo personal y transmitirle esa experiencia a sus otros compañeros.
-En uno de tus análisis sobre la Selección de Scaloni dijiste que tiene para elegir tres o cuatro jugadores por puesto: ¿te pasa lo mismo en Venezuela?
-Sí y lo vamos logrando de a poquito, tanto con los que están en la Selección como con los que vienen de las juveniles. Tiene que ser un proceso de menor a mayor y manejar la ansiedad para llevar de a poco a cada juvenil, cada jugador y mirar mucho a todos los venezolanos que juegan a la pelota para poder tener a tres o cuatro jugadores por puesto. Si lográs eso, tenes la tranquilidad de poder armar el equipo a tu manera.
-¿Cómo te imaginás a fines de 2025?
-A veces en el fútbol somos muy cabuleros y no lo queremos decir, pero lógicamente me visualizo con el sueño de todo el pueblo venezolano: poder lograr por primera vez la clasificación a un Mundial. Todos los días me acuesto y me despierto pensando a una Venezuela en el Mundial. Ojalá se dé.
Su relación con los Campeones del Mundo
En diciembre de 2018, el Bocha asumió como entrenador de la Selección Argentina Sub-20, apenas cuatro meses después de que Lionel Scaloni fuera presentado como director técnico de la Selección Mayor.
Batista trabajó codo a codo con Scaloni en el proyecto de selecciones nacionales que condujo a Argentina a su tercera Copa del Mundo. Al mando del equipo, consiguió la medalla de oro en los Juegos Panamericanos 2019, el campeonato Preolímpico 2020. También dirigió el Sudamericano 2019, donde quedó subcampeón, y los Juegos Olímpicos de Tokio.
Por sus manos, pasaron ocho campeones del mundo: Alexis Mac Allister, Julián Álvarez, Thiago Almada, Cristian Romero, Lisandro Martínez, Nahuel Molina, Enzo Fernández y Exequiel Palacios.
La emoción por sus pibes
-¿Qué te genera ver a esos chicos levantar la Copa?
-En un partido, alguien me dice: ‘7 de los 11 que están jugando estuvieron con vos en las juveniles’. Es hermoso saber que todos son chicos que lucharon mucho para llegar a donde llegaron y verlos levantar la Copa del Mundo es inigualable. En lo personal, haberlos elegido en ese momento es un mimo al corazón pero el mérito es de ellos y de Scaloni que después los eligió para jugar un Mundial.
-¿Te sentís parte de haber formado ese equipo?
-No, no. Me siento contento de conocer a los chicos que han logrado el Mundial porque son unos fenómenos como personas.
Chicanas, risas y una gran relación
-Tengo relación con muchos, nos mensajeamos y ahora nos chicaneamos un poco porque nos vamos a enfrentar en el próximo Argentina-Venezuela. Hablo con Alexis, Nico González, Cuti, Lisandro, Julián… Estuve casi cinco años con ellos y quedó una linda relación.
-¿Cuál es el que más te chicanea?
-Alexis, ja. Pero con él tengo una relación familiar que va más allá del fútbol. Quizás ahora no tanto, porque con la Argentina vamos a jugar en noviembre. Pero cuando lleguen esos meses seguramente haya más mensajes de chicaneo, ja. Llevarnos así de bien después de los años es lo lindo que tiene el fútbol.
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