¿Logrará Israel desmantelar a Hamas? El año termina con dudas y escepticismo
De pie frente a un fondo gris decorado con logotipos de Hamas y emblemas de un hombre armado que conmemoran el sangriento ataque del 7 de octubre contra Israel, Osama Hamdan, representante de la organización en el Líbano, no expresó ninguna preocupación por el hecho de que su facción palestina fuera expulsada de la Franja de Gaza.
«No nos preocupa el futuro de la Franja de Gaza», dijo recientemente en una concurrida conferencia de prensa en sus oficinas de los suburbios del sur de Beirut. «Quien toma las decisiones es únicamente el pueblo palestino».
Hamdan desestimó así uno de los objetivos clave de Israel desde el comienzo de su ataque a Gaza: desmantelar la organización política y militar responsable de la masacre de unas 1.200 personas, según funcionarios israelíes, y que todavía retiene a más de cien rehenes.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha destacado repetidas veces ese objetivo incluso mientras enfrenta una creciente presión internacional para reducir las operaciones militares. La administración de Joe Biden ha despachado enviados de alto nivel a Israel para impulsar una nueva fase de la guerra centrada en operaciones más específicas en lugar de una destrucción generalizada.
Y los críticos, tanto de dentro como de fuera de Israel, cuestionan si alguna vez fue realista decidir destruir una organización tan profundamente arraigada. Un ex asesor de seguridad nacional israelí calificó el plan de “vago”.
“Creo que hemos llegado a un momento en el que las autoridades israelíes tendrán que definir más claramente cuál es su objetivo final”, dijo este mes el presidente francés Emmanuel Macron. “¿La destrucción total de Hamas? ¿Alguien cree que eso es posible? Si es así, la guerra durará diez años”.
Desde su aparición en 1987, Hamas ha sobrevivido a repetidos intentos de eliminar a sus dirigentes. La estructura misma de la organización fue diseñada para absorber tales contingencias, según especialistas políticos y militares. Además, las tácticas devastadoras de Israel en la guerra con Hamas amenazan con radicalizar a un segmento más amplio de la población, inspirando a nuevos reclutas.
Los analistas ven que el resultado más óptimo para Israel probablemente consista en reducir las capacidades militares de Hamas para evitar que el grupo repita un ataque igualmente devastador. Pero incluso ese objetivo limitado se considera un trabajo gigantesco.
Hamas tiene sus raíces en la ideología de que debe oponerse por la fuerza al control israelí sobre lo que considera tierra palestina, principio que probablemente perdure, dijeron los expertos.
“Mientras exista ese contexto, habrá que enfrentar alguna forma de Hamas”, dijo Tahani Mustafa, analista senior de Palestina en el grupo de expertos International Crisis Group. «Suponer que se puede simplemente erradicar una organización como esa es una fantasía».
El ejército israelí informó esta semana que había matado a unos 8.000 combatientes de Hamas de una fuerza estimada entre 25.000 y 40.000. Pero no está claro cómo se ha hecho ese cálculo. Unos 500 se han rendido, según el ejército, aunque Hamas niega que todos pertenezcan a sus filas.
En ocasiones, el ejército ha entregado informes positivos sobre el avance de sus objetivos, definiendo como “inminente” el control total sobre las zonas del norte de Gaza donde comenzó su ofensiva terrestre a fines de octubre.
«Un costo muy alto» para Benjamin Netanyahu
Pero el primer ministro Benjamin Netanyahu reconoció el domingo que la guerra “está imponiendo un costo muy alto” a Israel, cuando el ejército anunció que quince soldados habían muerto sólo en las 48 horas anteriores. Siguen lanzándose cohetes casi a diario desde el sur de Gaza hacia Israel, aunque muchos menos que antes.
Michael Milshtein, ex alto funcionario de inteligencia de Israel, criticó las declaraciones de algunos líderes israelíes que afirmaban que Hamas estaba en un punto de quiebre y dijo que eso podría crear falsas expectativas sobre la duración de la guerra.
«Hace tiempo que dicen esto, que Hamas está desmoronándose», dijo Milshtein. “Pero simplemente no es cierto. Todos los días nos enfrentamos a duras batallas”.
Hace poco, el ejército israelí distribuyó en Gaza panfletos en los que ofrecía dinero en efectivo a cambio de información que llevara a la detención de cuatro líderes de Hamas.
“Hamas ha perdido su poder. No podrían freír un huevo”, decía el panfleto en árabe, citando una expresión popular. «El fin de Hamas está cerca».
El ejército prometió 400.000 dólares por Yahya Sinwar, líder de Hamas en Gaza, y 100.000 dólares por Mohammed Deif, jefe de su ala militar, las Brigadas Qassam. Los dos son considerados los artífices del ataque del 7 de octubre.
Aunque durante mucho tiempo estuvo entre los hombres más buscados de Gaza, el esquivo Deif ha evitado terminar muerto o capturado. La única imagen de él en público es un retrato de hace décadas.
Las recompensas parecían ser otro indicio de que Israel tiene dificultades para eliminar a la conducción de Hamas.
Los túneles de Hamas
Se cree que los niveles más altos del grupo se están refugiando, junto con la mayoría de sus combatientes y los rehenes restantes, en túneles profundos. Aunque el ejército israelí ha dicho que demolió al menos 1.500 de ellos, los expertos consideran que la infraestructura subterránea está prácticamente intacta.
Se cree que los túneles, construidos durante 15 años y estimados en cientos de kilómetros de largo, son tan extensos que los israelíes los llaman el Subte de Gaza.
«Hamas en realidad está resistiendo bastante bien este ataque», dijo Tareq Baconi, autor de un libro sobre el grupo. «Todavía demuestra que tiene capacidad militar ofensiva».
La resiliencia de Hamas
Giora Eiland, general de división retirado y ex jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, dijo que Hamas había demostrado tener la capacidad de reemplazar rápidamente a los comandantes que mueren por otros igualmente competentes y devotos.
“Desde un punto de vista profesional, debo reconocer su resiliencia”, afirmó. «No veo ningún signo de colapso de las capacidades militares de Hamas ni de su fuerza política para seguir liderando Gaza».
Hamas tiene sus raíces en los Hermanos Musulmanes, que nacieron en Egipto en 1928 como un movimiento de reforma social religiosa pero en las últimas décadas a menudo se los culpa de fomentar la violencia yihadista. Israel alguna vez permitió que el grupo creciera como contrapeso islámico a la Organización de Liberación de Palestina, más convencional y secular.
En uno de los primeros y notorios esfuerzos de Israel por desmantelar a Hamas, en 1992 deportó a 415 de sus líderes y aliados, arrojándolos a una zona colchón ubicada a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano. Durante los meses anteriores a su regreso, aquellos construyeron una alianza con el Hezbollah del Líbano, la milicia respaldada por Irán más poderosa de la región.
Estados Unidos e Israel condenan tanto a Hezbollah como a Hamas por considerarlos organizaciones terroristas.
Una serie de asesinatos israelíes de líderes políticos, militares y religiosos de Hamas tampoco logró debilitar al grupo. Éste conquistó el control de Gaza en elecciones palestinas libres en 2006 y luego desalojó a su rival más moderado, la Autoridad Palestina, en un sangriento conflicto al año siguiente.
Los tentáculos del grupo extremista
Israel libró otras tres guerras en Gaza contra Hamas entre 2008 y la crisis actual.
Las operaciones del ala militar de Hamas, las Brigadas Qassam, siguen siendo opacas. Las unidades fueron diseñadas para seguir funcionando aun cuando Israel destruya algunas partes.
Divididas geográficamente, sus cinco brigadas principales estaban en el norte de Gaza; Ciudad de Gaza; Gaza central; y dos ciudades del sur, Khan Younis y Rafah.
La mayoría de las tropas de élite estaban en las dos brigadas del norte, que constituyen alrededor del 60% de la fuerza, dijo un oficial militar israelí que solicitó el anonimato según las normas militares. Aproximadamente la mitad de ellas han resultado muertas, heridas, arrestadas o han huido al sur, explicó el funcionario.
Para Israel, el objetivo es primero desmantelar el gobierno y luego dispersar a los combatientes y eliminar a los comandantes y sus principales subordinados, dijo el funcionario israelí.
Pero Azzam Tamimi, periodista palestino y miembro de los Hermanos Musulmanes que escribió un libro sobre Hamas, dijo que el grupo estaba preparado para eso.
“Los máximos dirigentes pueden desaparecer en cualquier momento porque pueden ser asesinados, pueden ser detenidos, pueden ser deportados”, señaló. «Así que desarrollaron un mecanismo de fácil transferencia de mando».
Las Brigadas Qassam están divididas en batallones, con unidades aún más pequeñas que defienden barrios particulares. Otros batallones especializados comprenden una unidad antitanques, una unidad de construcción de túneles y un ala aérea cuyos drones y parapentes fueron un elemento importante del ataque sorpresa del 7 de octubre, según analistas y ex funcionarios militares y de inteligencia.
La Brigada Nukhba, formada por unos mil combatientes sumamente entrenados, también parece haber tenido un papel central el 7 de octubre.
Tratar de eliminar completamente a Hamas requeriría luchar calle por calle y de casa en casa, e Israel carece de tiempo y de personal, dijo Elliot Chapman, analista de Oriente Medio de Janes, una firma de análisis de defensa.
Como descubrió Estados Unidos al intentar aplastar a Al Qaeda o a los talibanes, las organizaciones tienden a recuperarse una vez que se reduce la presión armada. La lucha en Gaza ha sido comparada con la campaña para arrebatar Mosul al grupo terrorista ISIS hace menos de una década, pero existen diferencias significativas.
En particular, Hamas es orgánico en Gaza: surgió de la frustración por el abandono de la lucha armada contra la ocupación israelí por parte de las facciones principales. Hamas se niega a reconocer a Israel y, según su carta fundacional, está comprometido con su destrucción.
Es probable que la escala de la guerra de Israel radicalice a una nueva generación: hasta ahora se ha informado de la muerte de más de 20.000 personas en Gaza, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Algunos en la Franja maldicen a Hamas e incluso lo hacen en radio o en las redes sociales, pese al historial de la organización de reprimir a sus oponentes. Otros, sin embargo, dicen que todavía apoyan a “la resistencia”, y Hamas lleva mucho tiempo atrayendo apoyo al brindar servicios como escuelas y clínicas.
Una encuesta reciente realizada por el Centro Palestino de Investigación de Encuestas y Políticas reveló que la mayoría de los encuestados respaldaban el ataque de Hamas contra Israel. El apoyo al grupo terrorista en Gaza desde que comenzó la guerra ha aumentado del 38% al 42%, mostró la encuesta.
Previsiones
En el mejor de los casos, Israel probablemente pueda contener a Hamas, dijeron los expertos.
Pero aun cuando Israel de alguna manera lograra desmantelar al grupo en Gaza, todavía hay ramas en Cisjordania y el extranjero, en lugares como el Líbano y Turquía, que podrían revivirlo.
«La forma correcta de pensar esto es degradar la organización hasta el punto de que ya no sea una amenaza sostenible», dijo Marc Polymeropoulos, oficial retirado de la CIA especializado en contraterrorismo en Oriente Medio.
«No se puede tener una estrategia de matar a todo el mundo», añadió. «Hay que tener un escenario del día después».
Fuente: The New York Times
Traducción: Elisa Carnelli
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