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Qué es la región del Esequibo, la tierra prometida que se diputan Venezuela y Guyana

Para visitar el Esequibo, la franja verde de 159.000 kilómetros cuadrados que se disputan Venezuela y Guyana, hay que tener espíritu de aventura y muchos recursos para poder movilizarse en vehículos de doble tracción y lanchas por los ríos que atraviesan la tupida selva tropical.

Las únicas vías aéreas de acceso son por Brasil o Caracas para viajar en avión a Georgetown, capital de Guyana, y desde allí desplazarse por tierra al territorio esequibo, cuyo río homónimo es el que delimita del norte al sur a los dos países en pugna, dando origen a “El sol de Venezuela nace en el Esequibo”, como lo denomina el gobierno venezolano.

La selva es impenetrable e inhóspita por tierra, llena de mosquitos y culebras. Por aire en una avioneta bimotor de hélice se puede observar como una alfombra verde y densa de árboles se extiende a lo largo de su geografía, a veces interrumpida por una cascada. Hay muchos ríos que surcan la zona convirtiéndola en un lodazal pantanoso difícil de recorrer. Con la humedad y una temperatura de 35 grados la ropa se pega al cuerpo y no hay electricidad para refrescarse con el ventilador.

No hay carreteras, el medio de transporte preferido son las lanchas que cruzan los ríos. Para ir de un poblado a otro se tardan varios días en llegar al destino. Los precios son altos porque los esequibanos se surten de los alimentos y combustibles de Venezuela, donde todo lo que traspasa su frontera viene con el recargo de la crisis y la inflación especulativa.

Las distancias entre un poblado u otro no serían tan largas sino por la falta de carreteras. Sus habitantes dependen de los ríos para transportarse y también les proporcionan el pescado para comer.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, durante su reunión con el mandatario de Guyana, Irfaan Ali. Foto EFEEl presidente venezolano, Nicolás Maduro, durante su reunión con el mandatario de Guyana, Irfaan Ali. Foto EFE

El Esequibo ha estado dormido o congelado durante más de cien años por la reclamación de su soberanía por parte de Venezuela pero ha estado administrado por Guyana. El boom petrolero en aguas venezolanas no delimitadas aún ha sido el detonante de la disputa. Además de petróleo la zona es rica en yacimientos de oro, manganeso, bauxita, diamantes y madera.

En la zona marítima opera la norteamericana ExxonMobil, los chinos explotan la industria petrolera y maderera y los canadienses el oro y los diamantes. Guyana produce y exporta más de 600.000 barriles de petróleo diario tanto como Venezuela.

Zona inaccesible

Aguas abajo no se observan grandes poblados ni urbanismos desarrollados. Su población de 150.000 habitantes, según cifras de Sadio Garavini, ex embajador de Venezuela en Guyana y profesor universitario, es mayoritariamente indígena, que trabaja en la minería y el cultivo de arroz y la caña de azúcar.

Las imágenes de su geografía muestran zonas boscosas con cascadas y ríos. “Es netamente tropical con un clima húmedo, la zona es poco intervenida, biodiversa, de alta diversidad espacial con gran expresión de la heterogeneidad territorial y una belleza escénica que le da un gran potencial turístico en paisaje prístino con vegetación exuberante y grandes corrientes de aguas”, así lo describen en Google.

Su gran riqueza aun sin explotar han convertido el territorio en el nuevo lejano oeste codiciado por narcotraficantes, guerrilleros, delincuentes y aventureros donde predomina “la ley de la selva”. Su frontera al sur colindante con el conocido “Arco Minero” del Orinoco en el estado Bolívar, al sur de Venezuela, es permeable para todos los depredadores ambientales.

El Esequibo también es el noveno territorio que comparte la cuenca de la Amazonía, el pulmón vegetal del mundo. Maduro quiere decretarlo como parque nacional para preservar su ambiente natural pero ha invitado a las empresas para invertir en la explotación de la zona.

A 90 kilómetros de la frontera sur del Esequibo se encuentra Tumeremo, estado Bolívar, un poblado minero, donde las autoridades venezolanas comenzaron a cedular a los esequibanos y prestarles asistencia sanitaria. Provisionalmente es la capital de la “Guayana Esequiba”, el nuevo estado que se anexó Maduro mediante decreto en el mapa de Venezuela.

Tumeremo es el otro punto de acceso al sur del Esequibo y ahora la capital provisional del despoblado Esequibo. Esa es la nueva puerta de entrada al territorio reclamado.

En el poblado Mango Landing o “Mangolandia”, que se encuentra en plena selva del Esequibo la agencia AFP tardó viarios días en llegar al sitio para reportar lo que opinaban sus habitantes. Ahí conviven guyaneses, venezolanos, brasileños e indígenas en este poblado de unas 100 personas, «Convivimos todos bien, sin problema», dice Doriely García, una cocinera venezolana de 30 años cuya pareja es un guyanés de origen indígena.

«Los políticos hacen lo suyo y nosotros pagamos los platos rotos», afirma Robinson Flores, venezolano de 52 años que vive desde hace ocho en «Mangolandia», a pasos de Venezuela y frente a las aguas fangosas del río fronterizo Wenamu. Para llegar desde Georgetown, la capital guyanesa, se necesitan varios días en barco o mejor en lanchas o curiaras.


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