Darle un recreo a la mente
Se vienen tiempos difíciles en la Argentina, nuestro cerebro los sabe, y muchas personas no pueden llegar a descifrar cómo encararlos o mitigar un poco los efectos que ello pueda ocasionar en nuestra mente y cuerpo.
Elegí la carta de la lectora Mariquena Quiroga publicada hoy porque me pareció que su alternativa para contrarrestar o poder evadir los secuelas de la depresión con la música, es un salvavidas en medio del océano.
Pero hay casos de mayor gravedad que deben recurrir a especialistas: “La depresión es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. La depresión es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos”, dice en su Web la Organización Panamericana de la Salud.
La música nos transporta, nos invita no sólo a bailar y cantar, sino a experimentar con los sentimientos. Podemos trasladarnos al pasado o al futuro en segundos sin movernos de nuestro sillón preferido, vernos acostados en arenas cálidas frente a un mar turquesa; sumergidos en las entrañas de la más impenetrable naturaleza; caminando por las calles de París, o arriba del pico más helado de una montaña teñida de blanco. En cualquier circunstancia, esa expresión del arte que se traduce en sonidos la usamos como herramienta para alejarnos de los problemas. Y no está mal.
Tomar distancia, dejar por un momento lo importante para darle un recreo a la mente y, simplemente relajarse. Después volver con energías renovadas para enfrentar, con otra actitud, la realidad que nos depara a cada uno la vorágine del país.
De eso se trata entonces la carta de la lectora. De tener instrumentos, no sólo la música, para abordar cualquier problema que se nos plante desafiante.
Imagino mecanismos, artilugios, dispositivos mentales para esos fines. Estimado lector, ¿qué técnica utiliza usted para relajar su mente y luego interactuar con la cruel realidad?.
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