Esequibo, la maniobra al estilo Malvinas de un chavismo agotado
Una crisis imprevisible y cargada de amenazas militares y desconciertos, ha despertado súbitamente en la región por la ofensiva del régimen venezolano de Nicolás Maduro, que inflamó un centenario litigio de soberanía con su vecina Guyana. Una acción nacionalista con reminiscencias de la operación que acabó con la invasión a las islas Malvinas en 1982 por la entonces agónica dictadura argentina.
La conmoción por esta avanzada llevó a Brasil a reforzar militarmente su frontera norte, que conecta con ambos países, y llamar a la calma con el argumento de no sumar estas fronteras a los conflictos bélicos que desgarran otras partes del mundo.
El gobierno de Lula da Silva despachó, además, con urgencia a Caracas a su principal negociador diplomático, Celso Amorim, en un esfuerzo para mediar en el conflicto. “En el mundo de hoy no se puede subestimar la capacidad de cierta gente a cometer estropicios”, reconoció a Clarín una fuente diplomática brasileña.
Este domingo Venezuela va a las urnas para un desafiante referéndum que formula cinco preguntas relacionadas con el destino de ese espacio de 160 mil km cuadrados. El 70% del territorio de Guyana. La última de esas consultas indaga sobre si la ciudadanía respaldaría la creación de la provincia venezolana de “Guayana Esequiba” y la entrega de cédulas de identidad a los 125 mil habitantes de la región. Un literal acto de guerra.
Guyana ha denunciado el peligro de una inminente invasión de esa área rica en petróleo, oro, diamantes y madera que sumó semanas atrás el hallazgo de otros 10 mil millones de barriles a las reservas, mayores ahora que las de Kuwait o Emiratos Arabes. Guyana creció un notable 57,8% en 2022 y se expandirá otro 29% este año.
“Esequibo pertenece a Guyana y solo a los guyaneses”, advirtió el presidente Irfaan Alí, quien sin embargo sostuvo que será decisión final de la Corte Internacional de Justicia, que fallará el año entrante. Caracas no reconoce la jurisdicción de ese Tribunal que en diciembre de 2020 advirtió que tiene competencia para dirimir el conflicto.
Abstenerse de agravar el conflicto
Hace pocas horas el Tribunal reclamó que las partes se abstengan de tomar medidas que agraven el diferendo. Apuntaba a la consulta, que Georgetown había solicitado que fuera anulada. La Corte no tiene esa potestad. Sí puede objetar.
Nadie duda de que la votación de este domingo tendrá un sí unánime. La cuestión de la soberanía del Esequibo impregna a los venezolanos por generaciones desde la escuela primaria. Pero es difícil precisar qué sucederá al otro día de la votación. Para muchos analistas no hay espacio para un salto guerrero, aunque el ministro de Defensa chavista, Vladimiro Padrino López, advierte que “estamos listos para defender (el Esequibo) hasta la última gota de sangre y sudor”.
Sería, sin embargo, una operación que requeriría un financiamiento ausente. Implicaría, además, el aislamiento total de Venezuela. En Guyana, y en ese territorio en disputa en particular, operan las principales petroleras occidentales. Lula da Silva, además, ha sostenido conversaciones con su colega de Guyana alrededor de esta crisis. No se sabe que las haya tenido con Maduro.
De ahí que es fuerte la percepción de que el líder chavista dio aires a este conflicto con una intención doméstica para escapar de su peor momento político. Es la primera vez que peligra su reelección el año próximo y así también el proyecto chavista de perpetuarse en el poder. Esta consecuencia se debe a una combinación de factores vinculados tanto con el crecimiento de la oposición como a la presión de EE.UU. que abrió los canales diplomáticos con Caracas para inversiones petroleras a cambio de que se levanten las restricciones a la disidencia y se garantice la transparencia en el próximo comicio.
Hace pocas semanas toda la oposición venezolana se unió para coronar por el 92% de los votos la candidatura de la liberal María Corina Machado que, según las encuestas, derrotaría fácilmente al presidente.
El diario Folha de Sao Paulo recordó la acción de la dictadura argentina sobre las Malvinas como una necesaria comparación en el comportamiento del régimen de Maduro para intentar preservarse. Uno de los riesgos posibles es que si la crisis escala, y eso parece ser lo que se pretende, el chavismo busque suspender el comicio. El otro, es que la situación escape de control. “Maduro es un líder despótico y los líderes despóticos son difíciles de predecir” , le dijo a The Guardian el canciller de Guyana, Hugh Todd.
Ese país está confiado en que la Justicia le terminará dando la razón. En el Tratado de 1897, el Reino Unido, que era el país colonial entonces, acordó con Venezuela los límites fronterizos que se confirmaron en un convenio firmado en 1905 y fueron, luego, respetados por seis décadas. Pero Caracas sostiene que esos acuerdos son nulos y que fueron manipulados para despojarla del territorio y así lo denunció ante la ONU en 1962.
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